Zajárova estaba llevando a cabo una conferencia de prensa cuando el periodista búlgaro Boris Anzov intentó regalarle un trozo de queso de manera burlona.
Anzov recordó las palabras de su colega ucraniano, Roman Tsimbaliuk, quien había dicho que en Rusia no había queso sabroso y que "no hay nada para tragar", dejando entrever que la población rusa sufre de hambre.
Como en Rusia los productos lácteos de Bulgaria están bajo embargo alimentario, Anzov le ofreció a Zajárova el queso búlgaro y explicó que había traído el regalo para que no se "murieran de hambre" en Moscú.
La respuesta de la diplomática rusa fue categórica:
"Gracias, tengo queso local".
En Rusia funcionan decenas y decenas de compañías que producen el queso de cabra que el búlgaro intentó regalar. Las mejores están registradas en la Unión de queseros de Rusia.
Anzov, quien estudió en Moscú, trabaja en Rusia desde hace mucho tiempo y conoce a Zajárova muy bien.
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