"Aunque las conclusiones específicas dentro del informe conjunto deben permanecer clasificadas, los departamentos han concluido que hasta la fecha no hay evidencia de que alguna actividad identificada de un Gobierno extranjero o agente extranjero haya tenido un impacto material en la integridad o seguridad de la infraestructura electoral o de campaña utilizada en las elecciones de mitad de mandato de 2018 para el Congreso de EEUU", dice la declaración.
El fiscal general interino, Matthew Whitaker, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, informaron a Trump de la investigación el 4 de febrero, agrega el comunicado.
La preocupación de que otras naciones o los piratas informáticos podrían ingresar a las máquinas electorales y alterar los votos se destacó en las elecciones de EEUU dos años antes, cuando los hackers extranjeros fueron atrapados en las bases de datos de registro de votantes.
Sin embargo, no hubo pruebas de que las máquinas de votación, que normalmente no están conectadas a Internet, hayan sido comprometidas.
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Los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional trabajaron con estados individuales, que controlan las elecciones nacionales, para mejorar la seguridad en la preparación para la votación de noviembre de 2018.