A pesar de que el Gobierno francés suspendió las subidas de impuestos y anunció el incremento del salario mínimo, las protestas han continuado en las últimas semanas.
El malestar de los manifestantes versa sobre una variedad de temas, como la desigualdad y las precarias condiciones de vida de muchos ciudadanos. Se pretende ahondar en reformas para mejorar el estado del bienestar.
La policía francesa usó gas lacrimógeno para dispersar a los participantes de las protestas antigubernamentales, informó un corresponsal de Sputnik.
Uno de los chalecos amarillos y sindicalista dijo a Sputnik que las protestas conjuntas ya tuvieron lugar en varias regiones de Francia pero para París esa es la primera.
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"Las reclamaciones son casi las mismas, coinciden al 90%, así que no hay motivos para no celebrar campañas conjuntas", comentó.
Las protestas desembocaron en unos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en la plaza de la Concordia.
Además, algunos participantes de la protesta rompieron los cristales de un banco, una oficina de cambio de moneda y un McDonald's.
El periódico 20minutes informó citando a una fuente en la Prefectura de Policía que la protesta reunió a 18.000 personas.
El sindicato CGT asegura que los participantes eran al menos 30.000.Francia vive desde mediados de noviembre de 2018 una oleada de movilizaciones de los llamados 'chalecos amarillos'.
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Los manifestantes, que visten prendas fluorescentes, protestaban en un principio por el alza en los precios de los combustibles y los impuestos relacionados, pero luego sus reivindicaciones se extendieron a otras demandas sociales y políticas, exigen incluso la dimisión del presidente francés, Emmanuel Macron.