Las fotos de este descubrimiento han sido publicadas en Facebook por la empresa Trapman Bermagui y difundidas en Twitter.
"Desgraciadamente, nosotros no vimos qué se comió al tiburón, pero debió de haber sido una criatura impresionante. La cabeza del escualo pesaba alrededor de 100 kilos. Cuando creía haberlo visto todo, cortamos al menos 35 kilos de carne de la cabeza de mako y descubrimos que tenía clavado el morro afilado de un marlín", escribió el pescador Jason, uno de los fundadores de Trapman Bermagui.