El documental se basa en una reciente investigación llevada a cabo por la doctora Tracy Borman, quien viajó a Alemania para estudiar en detalle a una de las figuras más conocidas de la historia.
Una de las revelaciones hechas por la historiadora fue el hecho de que el dictador nazi se negaba a ver a los judíos que fueron llevados a los campos de concentración para su posterior exterminio.
Así, en una ocasión el tren de Hitler se puso al lado de otro tren que llevaba a los judíos a los campos de concentración. Para no verlos, el líder nazi bajó las persianas de las ventanas en su vagón.
De hecho, se cree que el dictador nunca visitó ninguno de los campos de concentración donde murieron millones de judíos mientras él estaba en el poder.
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Lo que es más, Hitler evitaba a toda costa que hubiera alguna conexión entre él y las matanzas de los judíos. Razón por la cual destruía todos los documentos comprometedores y daba las órdenes solo en las reuniones.
Por lo cual, en el documental se afirma que la única prueba de la conexión entre Hitler y el exterminio de judíos en Alemania es la transcripción de una conversación suya con Heinrich Himmler, el organizador del holocausto.
"Hitler nunca quería hacer frente a la brutal realidad de lo que estaba ocurriendo. Solo quería saber que esto se estaba haciendo", dice la narradora del documental.
Curiosamente, en una de sus conversaciones con Himmler dijo que era "extremadamente compasivo con los judíos", pero en la misma oración dijo que "la única solución era el exterminio".
Con ello, se cree que el único judío salvado por Adolf Hitler fue el doctor Eduard Bloch, quién trató el cáncer de mama que padecía su madre. Incluso se dice que le ayudo a emigrar a EEUU en 1940.
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