Más temprano se había informado de siete arrestados por su conexión con las explosiones. El primer ministro declaró también que se han tomado medidas para evitar que se desestabilice al país.
Según datos proporcionados por las autoridades locales, más de 200 personas murieron y varios cientos más resultaron heridas en ocho detonaciones ocurridas en tres iglesias, tres hoteles, en los aledaños de un zoológico y en el extrarradio de Colombo. Ningún grupo ha reivindicado hasta ahora los ataques en el país insular, que vio una reducción radical del número de incidentes terroristas tras el fin de la guerra civil en 2009.
En Sri Lanka fue declarado un toque de queda por doce horas, a partir de las 18:00 (GMT +5:30) del 21 de abril.
Todas las escuelas permanecerán cerradas los días 22 y 23 por directiva del Ministerio de Educación, y en el aeropuerto internacional Bandaranaike de Colombo se extremaron los controles de seguridad, por lo que a los pasajeros se les recomienda presentarse en la terminal cuatro horas antes de la salida de su vuelo.
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