Su predecesor, Hemasiri Fernando, presentó el 25 de abril la dimisión en relación con los atentados que estremecieron al país el 21 de abril.
Además, este 26 de abril el presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, anunció la dimisión del jefe de la Policía, Pujuth Jayasundara.
Anteriormente, el presidente dijo que ni el jefe de la policía ni el secretario del Ministerio de Defensa le habían proporcionado informes de los servicios de inteligencia sobre posibles ataques terroristas.
Sri Lanka fue revisando el balance al alza y llegó a informar de 359 víctimas mortales y medio millar de heridos, pero el 25 de abril rebajó inesperadamente la cifra de fallecidos a 253, atribuyéndolo al doble recuento. El número de muertos incluye por lo menos a 40 extranjeros, según el Ministerio de Exteriores esrilanqués.
Las pesquisas preliminares sugieren que los atentados —obra de nueve terroristas suicidas, ocho de los cuales ya están identificados— fueron perpetrados por un grupo islamista local poco conocido hasta ahora, National Thowheeth Jamaath.
El grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico y prohibido en numerosos países, entre ellos Rusia) se adjudicó la responsabilidad de los ataques.
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Por su parte, el primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, dijo a la cadena Sky News que el Gobierno sabía del regreso al país de ciudadanos esrilanqueses que se habían unido al grupo terrorista ISIS, pero no podía detenerlos ya que la ley nacional no prohíbe unirse a una organización terrorista extranjera.