El vídeo fue filmado en el famoso parque Kruger en Sudáfrica conocido por sus numerosas escenas dramáticas entre animales herbívoros y carnívoros.
Algunos espectadores del vídeo se fijaron no solo en la muerte violenta del impala, sino también en la belleza del paisaje que rodeaba la escena. "Supongo que si tuviera que ser comido vivo, elegiría soportarlo con una buena puesta de sol", escribió uno de ellos.