La escultura fue encargada por el artista estadounidense Brad Downey y tallada con una motosierra por el artista folclórico esloveno Ales Zupevc, y forma parte de la exposición de Downey en la capital del pequeño país alpino, Liubliana.
La robusta figura de la primera dama se alza sobre la base del tilo, situado en un campo junto al río Sava, a ocho kilómetros de Sevnica. A juzgar por el resultado, el artista no intentó tallar la imagen exacta de Melania. De ahí que el resultado sea de lo más tosco y haya llevado a que la galería de arte de Liubliana no esté segura de la seriedad con la que se debe tomar la obra.
Algunos eslovenos han definido la escultura de "vergüenza" y de "pitufina", según la BBC. Otros han preferido fijarse en la obra desde una distancia más prudente y abrazar el simbolismo que pretende representar: "¿Sabes qué la hace parecerse a Melania? Lo alto que está en la cima, como la verdadera Melania. Me quito el sombrero ante ella", ha dicho una vecina de Sevnica.