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Policía investiga tráfico de niños venezolanos en el lado brasileño de la frontera

RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — La Policía Civil del estado brasileño de Roraima (norte), en la frontera con Venezuela, investiga un supuesto caso de tráfico de niños de esa nacionalidad, informó la prensa local.
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"Pedimos que la población nos ayude suministrando informaciones e imágenes que auxilien en las investigaciones", comentó al diario O Globo la comisaria Francilene Hoffmann, del Distrito de Represión a Acciones Criminales (Draco) de la Policía Civil de Roraima.

Las investigaciones empezaron después de que un brasileño fuera detenido en junio cuando intentaba secuestrar a una niña de un año que dormía con su madre a la intemperie, en los alrededores de la estación de autobuses de Boa Vista, la capital de Roraima.

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Según la policía, el supuesto grupo que pretendía traficar con niños estaba integrado por otras cuatro personas, venezolanos que entraron en Brasil con visado de turismo.

Diversas madres venezolanas denunciaron recientemente haber sido asediadas para vender a sus hijos en Roraima, con ofertas que variaban desde 200 reales (50 dólares) a 6.000 reales (1.500 dólares) por cada menor, según publicó el portal de noticias G1.

Por el momento, la policía sólo detuvo al ciudadano brasileño, quien fue puesto en libertad poco después por orden de la Justicia; no hay fotos ni detalles sobre el modo de actuación del resto de sospechosos.

La policía sospecha que la práctica busque traficar con órganos o la venta de los menores para adopciones irregulares, pero tampoco se descartan opciones como el trabajo esclavo o la prostitución.

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Desde hace dos años, el estado de Roraima recibe un flujo incesante de inmigrantes venezolanos; según los militares brasileños de la Operación Acogida, que trabajan en la frontera, son una media de 500 ciudadanos del vecino país entrando al territorio cada día.

Muchos de ellos acaban en Boa Vista, a 215 kilómetros de la frontera, donde se ven abocados a vivir en las calles en una situación de extrema vulnerabilidad, ya que los 13 albergues de la ciudad están repletos.

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