Acto seguido, el enorme escualo se dio cuenta de que la cámara no sabía demasiado bien y la escupió. Los submarinistas estaban grabando el fondo marino dentro de una jaula, por lo que no sufrieron ningún daño. No así la cámara.
Explican quienes han publicado el vídeo que los tiburones —en concreto, las especies más grandes— son muy sensibles a los campos eléctricos que los equipos de grabación producen y que por ello los confunden con comida.