Estos increíbles animales atacan a sus presas desde las profundidades dirigiéndose en vertical hacia la superficie e impulsándose con las aletas, de manera que son capaces de atacar a esa velocidad.
En el vídeo el tiburón blanco no ataca a una presa real, sino a un señuelo especialmente colocado para que el escualo picase el anzuelo. Algunos comentarios señalan el daño que esa práctica causa en el animal, puesto que estará luego demasiado cansado para atacar a una presa de verdad y de la que alimentarse.