El animal no se lanza contra una presa real, sino contra un cebo que un equipo de submarinistas colocó estratégicamente para poder observar cómo funciona la técnica de ataque de estos escualos.
Durante los últimos años, colocar cebos para observar el comportamiento de estos depredadores se ha convertido en una práctica común. Así que muchos son los que protestan por estar engañando al animal y, de paso, por ser la causa de que haya aumentado el número de ataques de tiburón entre los bañistas. Otros defienden que observar al animal ayuda a querer proteger la especie y a preocuparse por ella.