El velatorio se realizó en el paraninfo de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República y contó con la presencia del presidente Tabaré Vázquez —que depositó una rosa roja en el cajón—, del expresidente José Mujica y la vicepresidenta Lucía Topolansky.
Al salir, el expresidente Mujica señaló que aparte de la monstruosidad, "lo que más duele es la mentira" y denunció un "pacto de silencio" que impide encontrar a las personas que desaparecieron durante la dictadura militar que gobernó al país entre 1973 y 1985.
Gerardo Bleier, el hijo del exmilitante comunista cuyos restos fueron encontrados en un predio militar, agradeció a todos los presentes, que interrumpieron el tránsito en la céntrica avenida 18 de Julio de Montevideo.
Felipe Michelini, coordinador del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia, dijo a Sputnik que "es muy removedor, es muy fuerte para la familia, para sociedad uruguaya, nos alienta a continuar la búsqueda, identificar al resto de detenidos desaparecidos, denunciar al terrorismo de Estado y no caer en la red de mentiras e impunidad en la que nos han intentado sumir todos estos años".
"Hay un sentimiento muy firme en la sociedad uruguaya de no abandonar a nuestros desaparecidos y cada vez que se puede exteriorizar ese sentimiento, se hacen presentes en forma espontánea", añadió.
Patricia, que trabaja en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, era una de las presentes. "Primero que nada somos uruguayos y es un tema que es muy sensible para todos hasta que aparezca el último desaparecido. Por otro lado, que el velatorio sea aquí en la Universidad es un orgullo para nosotros como universitarios", comentó.
"Vine para estar presente porque la aparición de sus restos es muy importante y vine a apoyar a los compañeros y a la familia. En aquel momento no era del partido, pero él tuvo una lucha y cumplió su deber", señaló Jorge, un militante comunista.
Luis Callejas, que también sufrió la represión de la dictadura al haber sido encarcelado por ser miembro del partido Nacional, dijo a Sputnik que participar del velatorio era "un deber de conciencia, porque necesitamos verdad y justicia, la verdad debe trascender generaciones, debe prevalecer por encima de todos, estamos porque se esclarezca de una vez por todas la verdad sobre el pasado reciente de nuestro país".
A Bleier le decían "El Ruso" por su ascendencia judía. Era miembro del Comité Central del Partido Comunista del Uruguay (PCU), tuvo cuatro hijos y era odontólogo de profesión. Tras el golpe de Estado de 1973, se hizo cargo de la propaganda clandestina. Fue secuestrado el 29 de octubre de 1975 en la Operación Morgan y fue llevado al Batallón No. 13.