"Creemos que la AFC debería considerar si castiga a la Asociación de Fútbol de Corea del Norte por falta de cooperación", afirmó el organismo de deporte surcoreano.
En particular, explicó, Seúl en varias ocasiones pidió a Pyongyang que permitiera que los medios de comunicación y aficionados surcoreanos asistieran al partido "pero Corea del Norte se negó a cooperar".
Según el Código Ético de la AFC, el país anfitrión debe garantizar la entrada sin obstáculos para medios de comunicación y aficionados de cualquier equipo oficial "sin ninguna restricción o discriminación", indicó.
El partido entre las dos Coreas se disputó el 15 de octubre en Pyongyang, en el estadio Kim Il-sung, y terminó con empate a cero.
Para ambas selecciones, este partido fue el primero en 29 años desde un amistoso que se celebró el 11 de octubre de 1990.
A los aficionados y periodistas surcoreanos no se les permitió entrar a Corea del Norte, por lo que la competición se celebró sin transmisión en directo.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, a su vez, expresó decepción por la organización del encuentro.