Paul Bedard, conocido especialista en cocodrilos, fue llamado para rescatar al animal y compartió en las redes la historia detrás del curioso incidente.
Según Bedard, atrapar a los animales que se meten en piscinas es "divertido, ya que los cocodrilos no pueden ir a ningún lado y el agua casi siempre es cristalina". Así, es posible jugar con ellos hasta que se cansen lo suficiente para que se les pueda cerrar la boca y arrastrarlos fuera del agua.
"Este cocodrilo era supertranquilo, no me dio ningún trabajo", contó Bedard al explicar que no le fue muy difícil atar la boca del reptil.
Bedard detalló que para evitar que el animal se hiriera intentando escapar al salir del agua, tuvo que gastar todas sus energías, como se ve en los vídeos compartidos en las redes sociales. El especialista en cocodrilos concluyó, sin embargo, que esta ha sido una captura de las más fáciles y tranquilas de su carrera.