Francia puede presumir de haber convertido las matemáticas en su primera disciplina científica. Puede vanagloriarse también de ser la patria de la familia Poincaré que, además de contar con uno de los más grandes matemáticos de la historia, Henri, inscribió su apellido en el altar de la política gracias al presidente Raymond Poincaré, primo del científico.
Villani, a diferencia del genio matemático ruso Grigori Perelman, no huye de la popularidad, acepta todos los premios internacionales y no comparte la extrema humildad del petersburgués.
Hasta ahora los genios de las matemáticas permanecían en la sombra y lejos de los focos de la actualidad, Cedric Villani, la nueva estrella francesa de esa especialidad, no se conforma con haber sido uno de los diputados más mediáticos del macronismo, sino que aspira a convertirse en el regidor de la capital francesa, un puesto político mucho más trascendente que algunas jefaturas de ministerio.
Disidente de Macron
Villani no aceptó la decisión del Elíseo y desafió al presidente manteniendo su candidatura y lanzando su campaña en septiembre pasado. Un candidato sin etiquetas ideológicas y disidente del partido al que pertenece; en definitiva, como él dice, un verdadero macronista.
Pero la excentricidad puede divertir en las cenas 'chic' entre parisinos 'chic', pero está por ver si la sabiduría científica y extravagante vestimenta son suficiente bagaje para convencer a los habitantes de la capital de Francia.
El genio de las cifras y cálculos está varado en el 15% de apoyo popular, según los últimos sondeos, por detrás de su rival Grivaux (19%) y de la actual alcaldesa, Anne Hidalgo (24%), quien, a pesar del caos que sufre la capital, sigue siendo la favorita.
No se puede decir que sus primeras apariciones ante la opinión pública hayan sido prometedoras para sus aspiraciones. La prensa, siempre acomplejada ante los 'cerebritos', le ha examinado sobre los principales problemas de la ciudad y no ha encontrado más que respuestas vagas, cuando no silencios sonrojantes. Así, se quedó sin voz cuando le preguntaron sobre el problema de la vivienda en París, donde el precio de 10.000 euros el metro cuadrado obliga a trabajadores modestos, pero también a la clase media, a buscar domicilio en la 'banlieue', con todo lo que ello supone como problema de transporte cotidiano hacia el París intramuros.
Candidato sin programa
Ian Brossat, el adjunto de Hidalgo y encargado de la vivienda en la alcaldía, no perdió un segundo en machacar a Villani: "cuando se denuncia con arrogancia el trabajo de la alcaldía, más vale tener alguna idea".
Brossat, portavoz del Partido Comunista francés, es uno de los pilares del ayuntamiento actual, en el que la socialista Hidalgo cuenta también con el apoyo de ecologistas. Esa alianza, que muchos en la izquierda francesa desearían a nivel estatal, se mantiene sólida en París, a pesar de la contaminación, el problema del tráfico, el estrés, el ruido, la delincuencia y los altos precios, sin olvidar la invasión de ratas que comparten con los turistas los lugares más visitados de la ciudad.
Dentro del propio gobierno de Macron también se desliza alguna crítica al 'refuznik':
"Dice que es un candidato sin etiqueta, pero también sin ideas ni programa. No siempre parece saber de lo que habla".
El premio Fields de matemáticas no será curriculum suficiente para convertirse en el primer regidor de París. Villani asegura que tendrá listo un programa completo en "diciembre o enero", a pocas semanas de las municipales, previstas para el 15 y el 22 de marzo. Hasta entonces, deberá protegerse de las críticas y zancadillas macronistas, de la izquierda y de la recién elegida aspirante de la derecha, Rachida Dati, candidata de Los Republicanos (LR), una combativa sarkozista sin pelos en la lengua.
Una ambición que le aleja también del matemático Grigori Perelman. Villani sueña con gestionar París. Perelman dijo saber hace años cómo dirigir el universo y no necesitar tampoco, por lo tanto, el millón de dólares del premio "Clay", el mejor pagado en el mundo de las matemáticas.