Se trata del Labroides dimidiatus. Trabaja como el dentista personal de estos depredadores marinos. En particular, esta criatura entra en la boca de los tiburones para limpiarles los afilados dientes y dejarlos libres de restos de comida y de parásitos. Es un acuerdo mutuamente beneficioso, ya que de esta manera el Labroides dimidiatus también logra alimentarse.