Ciencia

¿Y si la homosexualidad en animales es parte de su ADN ancestral?

Que los animales pueden mantener relaciones del mismo sexo se sabe desde hace tiempo. Son ya más de 1.500 especies capaces de hacerlo. Lo que los científicos no logran entender hasta ahora es el objetivo de esta actividad, ya que no permite la reproducción.
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Ahora, unos investigadores de la Escuela de Silvicultura y Estudios Ambientales de Yale (EEUU) sugieren que la pregunta debería reformularse. No habría que preguntarse por qué los animales tienen relaciones con el mismo sexo, sino por qué no las iban a tener.

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En el estudio, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, sus autores sugieren el sexo entre especies del mismo sexo no evolucionó de manera diferente según la especie por razones evolutivas. Defienden que los animales mantienen relaciones del mismo sexo porque hacerlo no les cuesta desde un punto de vista evolutivo.

En el pasado, la investigación sobre el comportamiento sexual de las especies se ha basado en dos suposiciones.

  • La primera, que el comportamiento homosexual tiene un costo alto porque los individuos gastan tiempo y energía en actividades que no llevan a la reproducción.
  • La segunda era que las relaciones sexuales entre el mismo sexo surgieron independientemente en diferentes especies animales y linajes evolutivos.
Sin embargo, todas las indicaciones llevan a pensar que las relaciones homosexuales "son parte de nuestro ADN ancestral y no algo que se desarrolló más tarde", según la autora principal del estudio, Julia Monk.

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Resulta que los comportamientos homosexuales de hecho pueden tener ventajas desde el punto de vista de la selección natural, ya que así los animales se aparean con más parejas, algunas de las cuales son del mismo sexo y algunas, de uno diferente. En muchas especies puede ser difícil incluso discernir entre sexos diferentes. Además, evolucionar y mantener características sexuales secundarias distintivas, como colores, olores y comportamientos diferentes, es un proceso costoso por sí mismo.

Una pieza de evidencia que apoya esta hipótesis es que algunos equinodermos, incluyendo estrellas de mar y erizos de mar, tienen relaciones sexuales entre representantes del mismo sexo. Los equinodermos evolucionaron al principio de la historia de la vida, probablemente hace más de 541 millones de años.

"Estamos emocionados por ver cómo relajar las restricciones tradicionales de la teoría evolutiva sobre este tipo de comportamientos permitirá una comprensión más completa de la complejidad de los comportamientos sexuales animales", recalcó Monk.
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