Durante las excavaciones en uno de los antiguos cementerios de la localidad, los investigadores encontraron dos tumbas, una de las cuales pertenecía a una joven de 20 años, mientras que otra contenía los restos de un adolescente de sexo indeterminado. Sin embargo, lo que sorprendió a los investigadores fueron los conos que tenían puestos en sus cabezas.
Según reveló la encargada del estudio, algunos científicos incluso pensaban que dicho tocado no existía en la vida real, ya que nunca se había descubierto hasta el día de hoy.
Pese a que aún se desconoce el significado de estos conos, Stevens sugirió que los antiguos egipcios creían que eran capaces de "proporcionar la asistencia espiritual en el más allá".
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista especializada Antiquity, de la Universidad de Cambridge.