Fernández se salió este viernes de su agenda presidencial para cumplir con un compromiso que no quería eludir: tomar examen a los alumnos a quienes dio clase durante todo el segundo semestre de 2019.
Por supuesto, la llegada de un presidente a la sede de la Facultad, en el barrio Recoleta, no pasó inadvertida. Fernández llegó en un vehículo oficial y acompañado por una custodia que alteró el movimiento habitual de la casa de estudios.
Profesor de Derecho de la UBA desde 1985, Fernández siempre reivindicó su condición de docente y su amor a la educación pública. Por ese motivo, había prometido a los estudiantes de su asignatura que, aún asumiendo la Presidencia el 10 de diciembre, concurría a tomar examen a los alumnos que tuvo durante los últimos meses.
En octubre, en plena campaña electoral, el entonces candidato también había tomado exámenes. "Disfruto mucho el tiempo que paso con los alumnos. Lejos de ser una desgracia en la que se 'cae', la educación pública es uno de nuestros mayores orgullos", escribió en aquel momento.
Este viernes 13 de diciembre, volvió a defender al sistema educativo estatal. "Lo importante es la educación pública", dijo al pasar Fernández a los medios argentinos cuando salió de la sede de la Facultad de Derecho.
El mandatario reveló que "no todos" los estudiantes que dieron el examen lo aprobaron y aclaró que no solicitó una licencia por cuatro años, como se había especulado. De hecho, el mandatario dijo que solicitará a la Universidad poder contar con un profesor adjunto para poder seguir concurriendo a las aulas cada 15 días.
Varios de los estudiantes también aprovecharon la presencia del presidente de la Nación para tomarse fotografías con él y compartirlas en las redes sociales.
Pero aún cuando no está en las aulas, Fernández se preocupa por el futuro de los estudiantes argentinos. Antes de asumir, el actual mandatario destinó horas de su tiempo a intercambiar mensajes con seguidores de Twitter, la mayoría de ellos estudiantes que le pedían suerte para salvar sus próximos exámenes.
Fernández cumplía sus deseos y les enviaba mensajes de aliento, remarcando siempre la importancia de mantenerse en el sistema educativo.