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Protestas en México alertan sobre los riesgos del personal sanitario de contraer COVID-19

Varios médicos y enfermeros mexicanos protestaron durante buena parte de marzo y las dos primeras semanas de abril para que se atendiera su reclamo de acceder a una mayor seguridad que impida su contagio con el coronavirus. Sputnik conversó con uno de estos profesionales de la salud, quien explicó la situación y las respuestas de la autoridad.
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Las protestas del personal sanitario que habían ocurrido desde comienzos de marzo en la zona norte de México, fundamentalmente en Monclova (Coahuila) tuvo su réplica en Ciudad de México. El 31 de marzo, personal del Hospital General de zona número 27 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cortó la circulación vehicular en el cruce del Eje Central y el eje dos norte de la capital mexicana, para exigir exámenes y material de trabajo básico para el personal médico y administrativo de esa casa de salud.

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Diez días después, la autoridad sanitaria confirmó que había al menos 20 médicos con COVID-19 en el Hospital regional de Tlalnepantla (Estado de México, conurbado a la capital) número 72 del Seguro Social. Para el día 13 de abril, fue el turno de los enfermeros del Hospital 1 de Octubre —también del IMSS— quienes cortaron la avenida Politécnico con pancartas que rezaban "no quiero ser una más en la lista de los contagiados" y denunciaban la muerte de un enfermero del Hospital, a raíz del nuevo coronavirus.

En el caso de los trabajadores del Centro médico La Raza, su protesta fue el 27 de marzo. "Hemos tenido la necesidad de alzar la voz y salir a manifestarnos porque los insumos no estaban llegando de manera oportuna", dijo a Sputnik Raúl Vega Ortiz, terapista respiratorio del mencionado complejo hospitalario ubicado al norte de Ciudad de México.

Protestas y respuestas

El complejo médico La Raza está compuesto por cuatro hospitales: el Hospital General, el de especialidades, el de infectología y el de gineco-obstetricia. Desde el inicio de la atención de la pandemia, parte de las instalaciones de su Hospital General fueron seleccionadas para atender a los enfermos del nuevo coronavirus que se presentaran en la capital mexicana.

"A comienzos de abril nos informaron que el Hospital General del complejo, dónde laboro, era uno de los centros de atención de COVID-19 y que por esto se habilitaría el área de urgencias en la planta baja, así como el tercer, cuarto y quinto piso para la atención de pacientes con este virus", explicó el técnico a este medio.

"En febrero, nos comentaron que si no tomábamos las medidas de seguridad correspondientes, el Hospital de infectología que es el más pequeño del complejo, se iba a saturar rápidamente", agregó. Así, dos de los cuatro hospitales de La Raza reciben a los pacientes sospechosos de haberse contagiado.

"De inicio nos empezaron a dar capacitación, con mucho énfasis en el lavado de manos y en extremar el cuidado al estar junto a un paciente con sospecha de ser infeccioso. Nos dieron capacitación de cómo ponernos los uniformes que fueran llegando, previo al trato con el paciente; pero el material no llegó de manera oportuna y nos empezamos a sentir rebasados cuando algunos compañeros resultaron infectados", dijo la fuente.

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Dos de los trabajadores infectados en este Hospital del Seguro Social fallecieron tras haber contraído el virus SARS-Cov2: un enfermero y la subdirectora del área de infectología.

"Entonces se levantaron las voces de alarma y empezamos a salir a manifestarnos a la calle para exigir insumos, aunque las autoridades no nos hicieron del todo caso", explicó el profesional que participó de la protesta del 27 de marzo. Aunque no lograron ser recibidos por la autoridad hospitalaria ni sanitaria de la ciudad, la protesta replicó en redes sociales y fue la ciudadanía la primera en atender este llamado.

"Optamos por convocar a la población mexicana a que nos ayudara con caretas, guantes, cubrebocas, alcohol en gel, todo lo que pudieran aportarnos para protegernos del contagio. Ese material fue dejado directo en el área médica y se repartió de mano en mano porque si los damos a las autoridades del Instituto, podía suceder que no se nos entregara", señaló Vega, quien hizo evidente la desconfianza que reinaba entre el personal de base y las autoridades durante los primeros 45 días que transcurrieron tras haber sido detectado el primer caso en México, el 27 de febrero.

La fuente señaló que tras las protestas y con el correr de los días, el material ha ido llegando lentamente al Hospital General de La Raza y que el viernes 17 de marzo se colocó un filtro sanitario en las puertas del centro, que brinda alcohol en gel para manos y se toma la temperatura corporal de todos los que ingresan al mismo.

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"Los directivos del Hospital se han tenido que ir metiendo más a fondo y las visitas que el Sindicato de trabajadores del Seguro Social han hecho aquí, influyeron en una mejor organización de la atención. Creo que esto, junto a las manifestaciones y donaciones ciudadanas de material, han hecho que las autoridades se dieran cuenta que hacía falta dar un poquito más y empezaron a liberar el apoyo", dijo la fuente.

Mientras la situación inicial de crisis parece haberse regulado, el crecimiento de casos que registrará la capital mexicana en las próximas semanas, puede poner nuevamente al sistema de salud en jaque, ya que se espera para los próximos 20 días se registre el mayor crecimiento acumulado de contagios del COVID-19 en el país.

Según explicó a Sputnik el matemático Gustavo Cruz Pacheco, México entró desde este 19 de abril en su pico de contagio, registrando 746 nuevos casos con respecto al sábado 18 y se calcula que tendrá su pico de prevalencia en torno al día de la madre, que en México se celebra cada 10 de mayo.

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