La persecución empezó después de que Justin Battenfield, de 34 años, cruzara un semáforo en rojo y se negase a obedecer las órdenes de la Policía para detener su automóvil. La decisión de realizar una maniobra para hacer girar el auto y, así, detenerlo, se tomó después de que el conductor se escabullera a través del tráfico a contramano y a gran velocidad.
La maniobra, conocida como PIT, se realizó a una velocidad de 175 km/h y no salió como se esperaba. La camioneta del fugitivo se volteó de lado y quedó atascada perpendicularmente delante de la patrulla. El vehículo policial acabó sobre ella a seis metros de altura momentos después.
Battenfield murió en el lugar del accidente. El policía que le perseguía fue hospitalizado con lesiones que no ponen en riesgo su vida. El accidente ya se está investigando.