Bolsonaro acudió a la audiencia acompañado del ministro de Economía, Paulo Guedes, y de un nutrido grupo de empresarios: "Este grupo nos ha transmitido su preocupación de que la economía puede colapsar (…) tenemos que preocuparnos por las vidas, sí, pero también con los empleos, la economía es vida", dijo Bolsonaro en su exposición, según la retransmisión en directo en sus redes sociales.
El presidente brasileño insistió en la necesidad de que la actividad económica se reanude paulatinamente porque sino, dijo, el país podría acabar con el "sistema económico de Venezuela".
El presidente afirmó que ya se destruyeron 10 millones de empleos y que 38 millones de trabajadores informales vieron cómo su renta disminuyó drásticamente.
El ministro de Economía también habló de colapso económico y de que el país podría "convertirse en Argentina" sino se empieza a reanudar la actividad, porque hasta ahora, muchas empresas consiguieron preservar los "signos vitales", pero no aguantarán mucho tiempo.
El presidente del Supremo Tribunal, por su parte, respondió a esos anhelos diciendo que es "fundamental" la coordinación entre el Gobierno central y los estados y municipios, y además resaltó que tiene que haber una planificación organizada de la eventual desescalada.
La reunión con el presidente del Supremo se produce semanas después de que esta corte confirmara que los estados y municipios tienen autonomía para aplicar las medidas de aislamiento social, y que esta competencia debe respetarse.
El Gobierno interpretó esta decisión como un revés político, ya que Bolsonaro, a través de sus decretos, pretendía imponer a los estados el fin de las restricciones derivadas de la pandemia.