El grupo está formado por nueve fotógrafas mujeres, nueve hombres y, de manera simbólica, el propio virus que causa COVID-19 y que los ha llevado a crear el colectivo. La suma de todos los integrantes es intencionalmente 19 en alusión a la enfermedad de la que nadie puede dejar de hablar.
"Si bien hay muchísima fotografía en el mundo relacionada al coronavirus, creo que este proyecto en particular tiene un par de características que lo distinguen" expresó a Sputnik el argentino Sebastián Gil Miranda, uno de los organizadores.
Organizado a mitades de marzo, cuando se declaró oficialmente la pandemia, el equipo trabaja desde 13 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Perú, Uruguay y Venezuela. Según cuenta, no es la primera vez que se forman colectivos internacionales como este. De hecho, muchos de los integrantes ya habían trabajado juntos en proyectos regionales.
Para gestar el grupo, el fotógrafo argentino se puso en contacto con algunos colegas, quienes propusieron nombres, y rápidamente la idea tomó una forma íntegramente latinoamericana. Buscaron ilustrar los "rasgos propios de un proyecto latinoamericano", con los colores, texturas y proximidades propias de la región, según explicó.
Contrario a la idea de que la pandemia trajo consigo solo tragedia, el colectivo se enfoca en capturar "lo vinculado a la vida". Bajo esa premisa, los fotógrafos recorren a diario las calles y el interior de distintos hogares para registrar las escenas más representativas que ofrece la cotidianeidad de América Latina en cuarentena.
América Latina en primera persona
La narrativa del trabajo es construida deliberadamente desde un lugar mucho más subjetivo, al contrario de lo que suele hacer el fotoperiodismo, explicó. Los fotógrafos concluyeron que también son protagonistas de estos tiempos, por lo que las imágenes son, en parte, un modo de testimonio personal.
"Nosotros también estamos atravesados por esta situación; cada fotógrafo lo cuenta desde el lugar que le toca y desde el lugar en que lo está viviendo. Es un proyecto que bordea lo íntimo y lo social", manifestó el argentino.
De la misma manera lo expresó la fotógrafa boliviana Sara Aliaga en diálogo con Sputnik. A su juicio, la mirada que une a los integrantes de Covid-Latam es "desde adentro, desde nuestros hogares, más introspectiva".
"Es una situación que estamos viviendo todos en el mundo al mismo tiempo pero de distintas maneras; estamos todos en el mismo mar pero no en el mismo barco", evaluó.
"El latinoamericano tiene esa capacidad de que pese a las circunstancias hostiles o caóticas o tristes sabe cómo lidiar y reponerse", describió la fotógrafa. Y en el contexto de la actual pandemia, Aliaga opina que las mujeres destacan en el rol que pasaron a jugar.
"Las veo muy fuertes trabajando, saliendo a los mercados. Son las que están abasteciendo a la población citadina de alimentos, son las que trabajan desde su hogar y también atienden a sus familias, a las personas mayores", observó la boliviana.
Reflexionó, además, acerca de lo que puede aprenderse de la pandemia: "El coronavirus no trajo solamente una crisis sanitaria, está destapando muchas falencias que tenemos como sociedad; la falta de empatía, la individualidad, el egoísmo", enfatizó.
Iván Valencia, también integrante del colectivo, coincide con Aliaga. El colombiano considera que cumplir las cuarentenas decretadas o recomendadas por los Gobiernos latinoamericanos "es un privilegio" de quienes tienen acceso a condiciones de vivienda dignas, ya que "hay muchas personas que no pueden hacer lo mismo".
El fotógrafo compartió a Sputnik una de las que, a sus ojos, son las escenas más impactantes que pueden verse en Colombia actualmente. En los barrios vulnerables de Bogotá, las familias más pobres colocan en las fachadas de sus casas trapos de color rojo para pedir ayuda.
En esta fotografía Valencia sintetiza el relato.
Sus relatos se intersectan como un rompecabezas, del mismo modo en que lo hacen sus fotografías. "A pesar de todas las diferencias que pueda haber en todos estos países hay una narrativa común, un entramado que se construye entre todos", resume Gil Miranda.