"Progresan a Fase 1 todas las provincias de Castilla y León, la ciudad de Barcelona y toda la Comunidad de Madrid", anunció en una rueda de prensa el Ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Esto implica que la totalidad del país disfrutará desde el 25 de mayo de los alivios del confinamiento que implica la Fase 1, en la que se relajan las restricciones a la actividad comercial y se permiten reuniones sociales de hasta diez personas en domicilios o bares siempre que no se abandone la provincia de residencia.
Madrid y Barcelona se suman con retraso a este proceso de desescalada porque en estos lugares la pandemia de COVID-19 golpeó con una mayor fuerza, lo que llevó al Gobierno de España a aplicar un menor ritmo a la hora de relajar el confinamiento.
En esta etapa (en total el plan del Gobierno contempla cuatro fases) se permiten reuniones sociales más numerosas, se amplía el aforo de los establecimientos comerciales y se reanuda la actividad educativa —aunque de forma voluntaria— para alumnos de educación infantil y algunos cursos de secundaria.
Los territorios que pasan a Fase 2 son Aragón, Asturias, seis de las ocho provincias de Andalucía, las Islas Canarias, las Islas Baleares, Murcia, Galicia, Extremadura, Cantabria, Navarra, La Rioja, País Vasco, parte de Castilla-La Mancha y algunas zonas de Cataluña.
Todo esto dibuja un mapa con una España a dos velocidades en la que el 53% de la población está en Fase 1 y el 47% en Fase 2.
Illa eludió las invitaciones de la prensa a valorar la polémica abierta en Madrid, donde el Gobierno regional llegó a presentar un recurso ante el Tribunal Supremo por la decisión de Sanidad de denegar el cambio de fase hasta en dos ocasiones en las últimas semanas.
El titular de sanidad se limitó a señalar que el Gobierno apostó "por un camino de prudencia" porque la "la máxima era garantizar un paso seguro".
"Nos limitamos a valorar conjuntamente con la comunidad autónoma que hay un sistema efectivo ya funcionando de vigilancia activa de casos sin el cual no se puede cambiar de fase", añadió.
Sin embargo, las autoridades de Madrid —donde gobierna el conservador Partido Popular, principal fuerza de oposición al Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez— llegaron a afirmar que la denegación del cambio de fase no se debió a criterios técnicos, sino que fue un castigo deliberado por motivos políticos.
En cualquier caso, todo parece indicar que el enfrentamiento entre administraciones no se cerrará con el cambio de fase autorizado este 22 de mayo, ya que el Gobierno mantiene un mando sanitario único al amparo del estado de alarma que se encuentra activo hasta al menos el próximo 7 de junio.
Esto implica que el Gobierno central seguirá teniendo la capacidad de decidir si Madrid pasa a la Fase 2 dentro de 14 días, cuando se reevalúe su situación.
Es la tercera vez que la Comunidad de Madrid solicitaba al Ministerio de Sanidad avanzar a la primera etapa de la desescalada para así reactivar la economía de la capital española. Las autoridades sanitarias habían denegado esta solicitud porque argumentaban que Madrid, que ha sido epicentro de la pandemia, aún no estaba preparada, especialmente en la Atención Primaria.
España acumula 27.940 víctimas mortales por la pandemia de coronavirus, con un total de 233.000 diagnósticos positivos confirmados por pruebas de laboratorio.
Pese al importante daño acumulado, las medidas de confinamiento consiguieron frenar el avance de la enfermedad.
En las últimas 24 horas España registró un total 48 fallecimientos y 344 nuevos casos de COVID-19, unas cifras que se encuentran muy lejos de los picos de 950 decesos y 9.222 diagnósticos alcanzados entre la última semana de marzo y los primeros días de abril.