La base Gran Capitán está situada en Besmayah y es la más grande de las tropas españolas en el país árabe. España la operaba desde febrero de 2015 con 350 soldados, que han formado a 17 brigadas del Ejército de Irak y a otras 10 de su Policía Federal, unos 50.000 efectivos en total.
Pero la instrucción de fuerzas de seguridad iraquíes se vio interrumpida desde el 3 de enero, luego de que el general iraní Qasem Suleimani fuera asesinado en las inmediaciones del aeropuerto de Bagdad víctima del ataque de drones estadounidenses. La base Gran Capitán sufrió un ataque de represalia por parte de milicias locales y su dotación se acuarteló, pese a no sufrir bajas. Después, la extensión de la pandemia de coronavirus hizo el resto; los trabajos de instrucción se detuvieron y se repatriaron los primeros 200 soldados. Y ahora su desmantelamiento está previsto para finales del mes de julio.
Hay una unidad de helicópteros, la Task Force Toro, que acomete servicios de transporte de tropas de la coalición y que opera aparatos Chinook y Cougar. Otra unidad, situada en la base Al Asad desde 2017, se dedicaba a labores de inteligencia, vigilancia y reconocimiento en apoyo al resto de fuerzas.
También salen de Afganistán
El Ministerio de Defensa también está preparando la salida de todos los militares españoles destinados en el país centroasiático a partir de finales de año.