"El turismo balneario puede representar un riesgo, porque en las playas y en los establecimientos playeros las condiciones de hacinamiento, proximidad y contacto son más frecuentes", advierte el ISS.
En primer lugar, los veraneantes tendrán que reservar con antelación, por teléfono o Internet, puestos en las playas, lo que permitirá registrarlos y conservar sus datos durante 14 días.
Los gestores de los establecimientos playeros deberán desinfectar las tumbonas, sombrillas, cabinas y zonas comunes, por lo menos, una vez al día.
Los eventos musicales y cualquier tipo de fiestas quedan rigurosamente prohibidos, con la única excepción de conciertos en los que los oyentes puedan estar sentados, manteniendo la debida distancia interpersonal.
A pesar de que este miércoles 3 de junio Italia pasó a la tercera fase de desconfinamiento, permitiendo los desplazamientos interregionales e internacionales, siguen en vigor varias medidas de prevención por el COVID-19, como el uso de las mascarillas en los espacios cerrados y en el transporte público y el mantenimiento de la distancia social de un metro.
A nivel global Italia es uno de los países más afectados por la pandemia del coronavirus, con 233.836 casos registrados, entre ellos 33.601 fallecidos y 160.938 recuperados.