La Policía de EEUU se vuelve a situar en el centro de la polémica tras la actuación de sus agentes frente al ayuntamiento de Buffalo. Al poco de entrar en efecto la nueva medida de toque de queda a partir de las ocho de la tarde, los policías empujaron a un hombre y lo dejaron tendido en el suelo y sangrando por una oreja.
Parece ser que el señor trataba de hablar con los agentes, pero estos la emprendieron a empujones y continuaron con su trabajo. Al ver lo ocurrido, uno de los policías hace el amago de agacharse para comprobar el estado de la víctima, pero sus compañeros lo disuaden y siguen hacia delante.
Tras una llamada de la Policía a los servicios de emergencia, el protestante fue trasladado al hospital y se encuentra estable a pesar del daño que el golpe le causó en la cabeza.
Las autoridades neoyorquinas no han tardado en denunciar la actuación de los agentes. El alcalde de Buffalo, Byron Brown, se ha confesado "profundamente consternado" por las imágenes y ha contradicho la versión de la Policía, además de informar de que los soldados implicados han sido "suspendidos sin sueldo".
Por su parte, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, también ha hecho una evaluación que difiere de la de la Policía sobre lo que se ve en el vídeo: "Este incidente está totalmente injustificado y es absolutamente vergonzoso", dice.