La víspera, Macron declaró que el incidente entre las fragatas de Turquía y Francia, ocurrido frente a las costas de Libia, es la muestra de turno de la "muerte cerebral" de la OTAN. El mandatario galo también criticó duramente las acciones de Turquía en Libia, calificándolas de "un juego peligroso".
"Que Macron calificara de 'juego peligroso' el apoyo de nuestro país al legítimo gobierno libio a petición suya y en el marco de las decisiones de la ONU, solo puede explicarse por un momento de locura", dice la declaración de Aksoy.
Recordó que el mariscal Jalifa Haftar, apoyado por Francia, se negó a firmar el acuerdo de alto el fuego.
Subrayó que "la posición de Francia, que ignora los derechos legítimos de Turquía en la región, exacerba aún más las tensiones en el Mediterráneo Oriental".
Previamente, Francia acusó a los militares turcos de comportamiento agresivo en el Mediterráneo, mostrado cuando los franceses intentaron inspeccionar un buque de carga que se dirigía a Libia bajo la protección de la Armada turca.
Turquía rechazó las acusaciones, diciendo que fue el barco francés el que realizó maniobras peligrosas.
Libia continúa sumida en una crisis desde que la caída del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, en 2011, derivara en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.
A principios de abril de 2019, Libia entró en una nueva espiral de violencia después de que el ENL de Haftar empezara una ofensiva para liberar Trípoli de "terroristas".
Las fuerzas leales al Gobierno de Sarraj respondieron con la operación Volcán de Ira contra las tropas del mariscal.
El pasado 3 de junio las tropas del GAN, apoyadas por Turquía, anunciaron que recuperaron por completo el control sobre Trípoli.