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México camina hacia la erradicación del glifosato de sus campos

La directora general de la Secretaría de medio ambiente (Semarnat) del Gobierno federal anunció que el reciente rechazo a permisos de importación del herbicida glifosato a México es el inicio de un camino hacia la erradicación de su uso agrícola en el país.
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En el Seminario virtual ¿Por qué México se suma a la prohibición del glifosato? organizado por el Observatorio académico de sociedad, medio ambiente e instituciones de la Universidad Nacional de México, la ingeniera agrónoma Adelita San Vicente, directora general del sector primario y recursos renovables de la Semarnat, explicó que la negativa dada por esa Secretaría a permisos de importación de glifosato es parte de "una ruta crítica hacia su eliminación en 2024".

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En noviembre de 2019, la Semarnat negó el permiso que 15 compañías habían solicitado para la importación a México de 67.000 toneladas del herbicida glifosato —el principio activo de más de 750 productos que se usan en la agricultura industrial— argumentando para la negativa su adhesión al principio precautorio que respalda la abstención en el uso de sustancias químicas de las que no se tenga certeza de su inocuidad para la salud humana y ambiental.

El glifosato tiene años en jaque y ha sido objeto de miles de investigaciones de científicos independientes (no financiados por las empresas que crean y comercializan el potente químico) de Latinoamérica y el mundo, que han desmontado dos de las "certezas" que se adjuntan a él: la que señala su inocuidad para la salud humana y el ambiente; y la que señala que es biodegradable, cuando en realidad, tiene un efecto acumulativo en los suelos y cuerpos de agua.

La primera afirmación tuvo su correlato en México cuando la Comisión Nacional de derechos humanos mexicana emitió una recomendación (82/2018) a fines del año 2018 que exige a la Semarnat que restrinja el uso de plaguicidas de alta peligrosidad en México. El glifosato es uno de entre los 11 pesticidas catalogados así que se utilizan en el país.

La segunda afirmación sobre la falsedad de su inocuidad fue presentada en el Seminario por el argentino Damián Merino quien señaló como el equipo de investigación de la Universidad Nacional de La Plata dónde labora, ha probado la existencia de altas concentraciones del químico y su metabolito ambiental —lamado ampa— en los sedimentos barrosos del fondo del río Paraná, en las zonas próximas al cultivo extensivo de soja transgénica resistente al glifosato.

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También probaron su presencia en cuerpos de agua y sorprendentemente incluso en el agua de lluvia, por lo que han logrado sostener que viaja distancias no estimadas, lejos de los sitios de producción.

"Con estas investigaciones pudimos probar que no es cierto que el glifosato toca el suelo y desaparece como se publicitó con la llegada del modelo de agricultura industrial al continente, que fue difundido por los medios masivos de comunicación", explicó.

También alertó que en sus investigaciones confirmaron que al no degradarse, sufre un proceso de acumulación."El glifosato es un contaminante pseudopersistente ya que ingresa al ambiente en cantidades mayores de las que éste puede degradar", dijo el científico argentino y apuntó que han estimado que en la zona de la Provincia de Entre Ríos se agrega medio kilo por año al suelo, que se va acumulando.

Además del suelo, también se hallaron restos de glifosato acumulado en los habitantes de las zonas de producción de agricultura industrial. "Su molécula se moviliza por medio de la lluvia, en los ríos y arroyos, en el aire, por todos lados", apuntó Merino.

En México no existe registro oficial de cómo se distribuye su uso en el territorio nacional, más allá de los permisos de importación que ahora, han sido trancados por la Secretaría Ambiental.

Presiones de todo tipo

San Vicente explicó que la decisión asumida por la Secretaria de medio ambiente mexicana tuvo por respuesta una lluvia de reclamos de sectores empresariales que incluyó algunos productores nacionales dedicados a la exportación de los estados de Sinaloa y Sonora, pero la sorpresa fue que la Semarnat también recibió las quejas de agentes estatales foráneos.

La directora del área de recursos renovables explicó que "el Gobierno de Estados Unidos ofreció asesoría por si no teníamos suficiente evidencia científica" para haber tomado la decisión de negar las importaciones del químico; pero además de los emisarios del Gobierno vecino, la sorpresa llegó del pedido de 22 embajadas de países del mundo, que pidieron una reunión con las autoridades medioambientales mexicanas.

"Los reclamos no vinieron de parte de los embajadores sino de sus agregados económicos que cuestionaron incluso el uso del propio principio precautorio que aplicamos en este caso y nos reunimos con ellos, con los [funcionarios] de Francia, España y Alemania que fue el más duro porque nos preguntó si en México no conocíamos de agricultura", señaló la Directora gubernamental durante su participación en el evento público.

La situación generó sorpresa ya que es unánime la consideración dentro del mundo académico que señala cómo fueron los pueblos del actual territorio mexicano los que consiguieron domesticar cerca de una centena de las plantas que hoy alimentan a la humanidad, al punto que la arqueóloga Yoko Sugiura Yamamoto ha señalado que en México y Centroamérica se dio una revolución botánica similar a la que otras civilizaciones mundiales vivieron en torno a los metales, por señalar la más conocida.

 

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La respuesta más virulenta provino del presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) Bosco de la Vega quien afirmó en distintos medios que la estrategia "iba a dejar a México sin comida" y logró una reunión con el Secretario de Ambiente, Víctor Toledo y con Javier Trujillo, Director del Servicio nacional de sanidad, inocuidad y calidad agroalimentaria (Senasica) que tuvo lugar el día 12 de junio, tras la que acordaron el establecimiento de una mesa de trabajo entre el CNA, la Semarnat y la Secretaría de Agricultura y desarrollo rural (Sader).

 

"Las empresas hacen grandes pedidos de importación de toneladas de glifosato a México pero no hay datos internos de a dónde va o quien lo usa. El Servicio de sanidad (Senasica) nos ha insistido en que no tiene esos datos. Desde la Semarnat hemos trazado una ruta progresiva para su eliminación en México y vamos en ese camino con certeza", concluyó la fuente.

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