Desde el pasado 13 de marzo, cuando se registraron los primeros dos casos de COVID-19 en Venezuela, el vicepresidente de Comunicación, Jorge Rodríguez; su hermana, la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, y el propio presidente Nicolás Maduro, han ofrecido cada noche un balance de los casos positivos y detalles de las 75 muertes reportadas.
Las actividades escolares están suspendidas desde el 13 de marzo, pero la cuarentena nacional se inició el 17 de ese mes, desde entonces casi todos los comercios han permanecido cerrados, con excepción de ventas de alimentos, restaurantes y farmacias.
Peligro en la frontera
Con la cuarentena nacional cerraron también los aeropuertos para vuelos comerciales, y mientras los médicos del programa social Barrio Adentro salieron a realizar pruebas rápidas masivas y se ordenó la hospitalización de todos los casos positivos para evitar la propagación del virus, las fronteras terrestres con Colombia y Brasil se convirtieron en un riesgo.
El Gobierno ha asegurado que, aunque tomó medidas a tiempo al controlar el ingreso formal de ciudadanos, los pasos ilegales, que en Venezuela se conocen como trochas, se convirtieron en su principal enemigo, teniendo en cuenta el alto número de casos que reportan a diario Brasil y Colombia.
Las autoridades locales aseguraron a Sputnik que han desplegado miles de funcionarios en la frontera, pero denuncian que Colombia y Brasil no han hecho lo propio. Por lo que en el más mínimo descuido los grupos irregulares que controlan la frontera hacen de las suyas e ingresan ilegalmente a venezolanos.
"Mientras en el lado de acá se realiza un gran despliegue de 7.000 hombres para custodiar la frontera, les he exigido a las autoridades colombianas y lo he hecho públicamente, y uno no ve a nadie, ni a la policía colombiana ni al ejército, solamente en los puentes formales", señaló a inicios de mes Freddy Bernal, quien fue designado por el presidente Nicolás Maduro como protector de Táchira (oeste).
A diario el Gobierno pide a la población por radio y televisión no recibir en casa a personas que hayan ingresado ilegalmente por las fronteras, sino remitirlas a centros de cuarentena obligatoria.
Además, las autoridades crearon comisiones para detectar en las comunidades si alguno de los vecinos ha traído recientemente a algún familiar que estaba fuera del país, pero aunque asegura que "podría ser peor", no se han podido detener los contagios.
El médico infectólogo Julio Castro, profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, en los últimos días alertó que la curva de marzo, abril e inicios de mayo pasó de estar aplanada al crecimiento exponencial de contagios.
De acuerdo a los datos recabados por Sputnik, Venezuela demoró dos meses y nueve días y en llegar a los 1.010 casos positivos, de acuerdo con el balance del 23 de mayo, y de esa fecha al 8 de julio, es decir en un mes y una semana, tuvo 7.000 más y de esos 841 fueron detectados en los últimos tres días.