El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció el 14 de julio que firmó una orden ejecutiva y promulgó la ley que castiga a China por su presunta injerencia en la autonomía de Hong Kong.
"El proyecto de ley de EEUU denigra maliciosamente la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong, contiene amenazas de imponer sanciones contra China, viola gravemente el derecho internacional y los principios fundamentales de las relaciones internacionales y es una burda injerencia en los asuntos internos de China; el Gobierno chino lo condena enérgicamente", se lee en la nota.
El texto subraya que, "para proteger sus propios intereses legítimos, China adoptará las contramedidas necesarias y aplicará sanciones a los ciudadanos de EEUU y las organizaciones estadounidenses que tienen que ver con eso".
China, según el comunicado, se mantiene firme en su determinación y voluntad para proteger la soberanía nacional y la seguridad, garantizar la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong, así como contrarrestar la injerencia de las fuerzas externas en los asuntos de Hong Kong.
"Los planes de EEUU de impedir la implementación de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong nunca tendrán éxito", puntualizaron los diplomáticos chinos.
La Ley de Autonomía de Hong Kong, promulgada por Trump, había sido aprobada por unanimidad en el Congreso y le otorga herramientas para que China rinda cuentas para quienes supuestamente suprimen las libertades.
La orden ejecutiva, en tanto, pone fin al trato preferencial que EEUU le da a Hong Kong, que pasará a ser tratado como el territorio continental de China.
Dicha normativa penaliza los actos de subversión, terrorismo, secesión, la conspiración con influencia extranjera y otros que amenacen la seguridad del territorio.
Los detractores de esa ley en Hong Kong y en Occidente la atribuyen al deseo de Pekín de recrudecer el control sobre la región autónoma.
China rechaza cualquier crítica al respecto y sostiene que los temas relativos a Hong Kong son un asunto interno.