El 29 de julio la gobernadora de Oregon, Kate Brown comunicó que la Administración Trump acordó un retiro gradual de los agentes federales de la ley que fueron enviados a la ciudad de Portland.
Tanto Kate Brown, como el alcalde de Portland, Ted Wheeler, dijeron que la presencia de la Policía federal en la ciudad ha aumentado las tensiones en medio de las protestas en todo el país tras la muerte del afroestadounidense George Floyd el 25 de mayo mientras la Policía lo detenía.
Muchas de las protestas se convirtieron en disturbios completos con violencia contra policías y civiles, así como actos de vandalismo, incendio provocado y saqueos.