"Con la ayuda del gusano de seda estamos creando una proteína espiga artificial muy parecida a la proteína del nuevo coronavirus", dijo Kusakabe, investigador de la Universidad de Kyushu.
La corona del virus SARS-CoV-2 tiene una proteína en forma de espiga, la denominada proteína S que el virus usa para infectar las células humanas.
Kusakabe explicó que en el gusano de seda se introduce un baculovirus, inocuo para el humano, con información genética del coronavirus. Después de algunos días en el cuerpo del gusano se observa una proteína muy parecida a la proteína S del coronavirus.
"Estamos desarrollando una vacuna para su administración peroral y mediante inyección. En cuanto a esta última se requiere un proceso de purificación y pruebas para cerciorarse de su seguridad (...) En lo que respecta al uso peroral no debería haber ningún problema y es que las larvas del gusano históricamente se emplean en la alimentación humana en los países de Asia", puntualizó.
Está previsto que los ensayos de la vacuna japonesa en animales empiecen en el transcurso del actual año fiscal que en este país acaba el 31 de marzo de 2021.
Japón suma hasta la fecha más de 42.300 contagios y más de 1.000 fallecimientos por COVID-19.