Según Hassan, el número de muertos aumentó a 171, al menos 1.500 personas que resultaron heridas necesitan una ayuda médica especial.
Unas 30 o 40 personas siguen considerándose desaparecidas.
Se había informado que la explosión se llevó la vida de 158 personas.
Más de 6.000 personas resultaron heridas y alrededor de 300.000 se quedaron sin techo después de que 2.750 toneladas de nitrato de amonio, almacenadas de forma inadecuada desde 2014 en el puerto de Beirut, detonaran el 4 de agosto.
La explosión desató una nueva espiral de violentas protestas antigubernamentales en la capital libanesa y provocó la dimisión del Gobierno.