El fenómeno ocurre cada julio y agosto, cuando la Tierra se encuentra con los restos del cometa Swift-Tuttle. Este cometa tiene una órbita de 133 años y entró por última vez en el sistema solar interior en 1992. Aunque Swift-Tuttle ahora se encuentra en la parte exterior del sistema solar, lejos de la Tierra, todavía encontramos escombros que se han dejado atrás durante los muchos viajes que este cometa ha hecho a través de nuestro sistema.