"En Almaty concluyeron las pruebas preclínicas de la vacuna inactivada kazaja contra el COVID-19 [QazCovid-in]", comunicó.
El Centro detalló que se probó minuciosamente la inocuidad de la vacuna en el aspecto del impacto tóxico en los organismos de animales mediante la aplicación de dosis grandes, así como la ausencia de la reacción alérgica, también se evaluó el impacto de la vacuna en el funcionamiento de los órganos internos de los animales.
Según el NZELS, el estudio en cuestión demostró que la vacuna no es tóxica y puede aplicarse a los voluntarios durante las pruebas clínicas.
La comisión interdepartamental para la lucha contra el coronavirus informó en su tiempo que Kazajstán planea concluir en diciembre de 2020 la segunda —y última— fase de las pruebas clínicas de la vacuna contra el COVID-19 que está desarrollando el Instituto kazajo de Estudio de los Problemas de Seguridad Biológica (NIIPBB).