El incidente inició el domingo 23 de agosto a las 5:11 pm cuando los oficiales de la policía de Kenosha fueron llamados por un incidente doméstico. Al menos media docena de testigos señalaron que el hombre estaba tratando de separar una pelea entre dos mujeres y que la policía había intentado usar una pistola taser antes de dispararle hasta siete veces a quemarropa.
Tan solo un par de horas después, más de 60 personas se reunieron en el lugar de los hechos, de acuerdo con el medio local Kenosha News. Posteriormente, iniciaron las protestas y disturbios que se tornaron violentas.
Las autoridades declararon toque de queda. Sin embargo, los oficiales con equipo antidisturbios y los vehículos SWAT permanecieron en las calles para alejar a las personas de las calles. Algunos medios reportaron que los manifestantes arrojaron piedras y ladrillos a la policía, lanzaron al menos un cóctel molotov, provocaron daños a la propiedad, saquearon una tienda Boost Mobile e incluso destrozaron varios autos de un concesionario.
El gobernador del estado, Tony Evers, ordenó el despliegue de varias unidades de la Guardia Nacional ya que se espera otra jornada de protestas.