El 27 de agosto de 2000 sobre las 15 horas de la tarde, se cortó la transmisión de las principales cadenas de televisión rusas desde la torre Ostánkino, donde un cortocircuito causó un incendio a una altura de unos 460 metros.
Desde una altura de 300 metros, se cayó un ascensor y murieron tres personas.
La investigación determinó que se violaron los requisitos de seguridad contra incendios. En particular, el cuarto donde se encontraban los cables y los alimentadores no estaba equipado con sistemas autónomos de extinción de incendios, y por eso, no se pudo detener el fuego en los primeros momentos.
Al mismo tiempo, la resistencia al fuego de la torre permitió mantener su estructura a pesar de que quedaran afectados 120 de los 149 cables de acero que garantizaban su estabilidad.