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Renacimiento de Crimea: Rusia sigue con infraestructuras históricas en la península

Un fuerte impulso al desarrollo de Crimea. Es lo que constituye la autopista Tavrida, recién inaugurada por Vladímir Putin: atraviesa toda la península y une sus puntos más importantes, desde la ciudad de Kerch, conectada a través del puente de Crimea con al resto de Rusia, y Sebastopol, base de la Flota del Mar Negro rusa.
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La obra, sumada a otras infraestructuras construidas en Crimea desde su reincorporación a Rusia en 2014, supone un hito histórico para la península, prácticamente abandonada a su suerte durante los años que formó parte de Ucrania.

Putin se lleva un kilo del material de la nueva autopista Tavrida como recuerdo | Vídeo
Para Sixto Zotaminga, politólogo de la Universidad Central del Ecuador, quien estuvo en la península en el marco de las presidenciales rusas de 2018, la autopista Tavrida, entre otros efectos positivos, incrementará aún más el flujo de viajeros, y como consecuencia, los ingresos que recibe Crimea.

En tanto, Kiev denunció una "grave violación por la parte rusa de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania" ante la puesta en marcha de la carretera, y sobre todo ante la visita a Crimea del mandatario ruso.

Anteriormente, las autoridades ucranianas tampoco pudieron contener su frustración por la construcción del puente de Crimea, al tiempo que desde EEUU hasta llegaron a plantear su destrucción, "una incitación a cometer un acto terrorista", según denunció Rusia.

La autovía peninsular de Crimea va viento en popa (fotos)
Consultado al respecto por Radio Sputnik, Sixto Zotaminga recordó que Crimea pasó a formar parte del Imperio Ruso en 1783, así como que "más del 96% de la población de Crimea estaba de acuerdo con la reuinificación con Rusia" en el referéndum del 16 de marzo de 2014, "a lo que hay que sumar el derecho a la autodeterminación de los pueblos".

A su vez, Javier Colomo Ugarte, doctor en Geografía e Historia, se mostró convencido de que Occidente nunca reconocerá la legitimidad de los intereses geoestratégicos rusos, insistiendo EEUU y sus aliados en que el gigante euroasiático no tiene derecho a tener sus zonas de influencia.

"Eso no va a cambiar, eso es así. Entonces, Rusia tiene que acostumbrarse a que tiene que lidiar con esa hipocresía y ese cinismo occidental", apuntó el intelectual español.
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