Varios grupos radicales se concentran en el Arco del Triunfo de Barcelona para reivindicar la independencia de Cataluña.
La Diada, que conmemora la caída de Cataluña en 1714 por las tropas del rey español Felipe V, siempre ha sido una jornada de protesta. La declaración de Fiesta Nacional Catalana en 1980 supuso un recuerdo de los derechos y libertades del país y la ceremonia de reafirmación de carácter propio de Cataluña y de su identidad como nación.
Porque varios grupos nacionalistas han mantenido las marchas. A pesar de la prevalencia de COVID-19, a lo largo del 11 de septiembre hay anunciadas acciones que subrayan la importancia de la Diada. La Asamblea Nacional Catalana (ANC), junto con los llamados CDR (Comité de Defensa de la República) y otros colectivos como la CUP, Arran, Endavant o Alerta Solidària planean distintos recorridos en Barcelona y otras ciudades que podrían complementar el acto oficial de la mañana.
Una novedad de esta edición es la irrupción del Blanc Bloc, un grupo ciudadano que ha convocado una manifestación a las siete y media de la tarde en el Arco del Triunfo de Barcelona y ha instado a sus simpatizantes a asistir a la Diada con mascarillas, pero también con cascos y "protecciones caseras". Será la primera aparición de esta asociación como tal (muchos la catalogan como heredera de Tsunami Democràtic, iniciativa que pedía la autodeterminación). Y eso ha generado expectativa entre gobernantes y fuerzas de seguridad. En varios mensajes de Twitter, el colectivo incluso ha dado pistas para enfrentarse a la policía.
Generalmente, estos circuitos concentran a centenares de miles de personas, que abarrotan las arterias de la capital catalana con señeras y proclamas nacionalistas. Sin embargo, las previsiones de la ANC para 2020 no superan los 50.000 asistentes, según el registro abierto por la plataforma ciudadana. La crisis epidemiológica causada por el coronavirus es la culpable: con unos 100.000 contagios y casi 6.000 fallecidos, imperará la cautela. El Servicio Catalán de Tráfico avisaba a las tres de la tarde de que habían salido 402.000 vehículos del área metropolitana de Barcelona en las últimas 24 horas, alentados por el puente de la fiesta.
De esta forma, en las protestas se deberá cumplir la distancia entre asistentes (la ANC se ha comprometido a establecer un perímetro de dos metros cuadrados entre personas), limitación perimetral de cada una de las concentraciones —con control de accesos y aforo para garantizar que no se supere el número de participantes esperados—, uso obligatorio de la mascarilla (la ANC ha indicado que dispondrán de gel hidroalcóholico) y las prohibiciones de compartir pancartas o de comer.
Aun así, el Ministerio de Interior ha mandado cinco unidades de antidisturbios para prevenir altercados y algunas agrupaciones han advertido en redes que "se acerca un cambio".