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Entre "los puros" y "los conversos": el abecé de la disputa por la dirigencia nacional de Morena

A partir del 26 de septiembre, el Instituto Nacional Electoral (INE) de México ha comenzado a aplicar una encuesta nacional a fin de definir una lista de 6 candidatos a ocupar la presidencia del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
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Este proceso dará fin a los diversos conflictos que la organización política ha enfrentado en los últimos meses para llevar a cabo su elección interna, propuesta para realizarse originalmente a mediados de 2019. En febrero de 2020, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) ordenó al INE organizar este proceso con base en una encuesta abierta, a fin de garantizar la participación democrática de los militantes y evitar preferencias faccionarias.

Aunque la dirigencia de Morena cuestionó la decisión, en agosto el TRIFE reafirmó que el partido ha sido incapaz de resolver su conflicto interno, por lo que reiteró su disposición de que el INE se encargue de organizar la elección de sus nuevos dirigentes.

Actualmente existen 47 aspirantes a la presidencia de Morena, entre quienes destacan los diputados federales Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo, además de la exsecretaria general de la organización política Yeidckol Polevnsky. Diversos expertos señalan que en estas tres figuras se podría concentrar la contienda interna por dirigir el partido.

Los "puros" y los "conversos"

Si bien no existe una división formal de los grupos al interior del partido, especialistas como Rosendo Bolívar, profesor investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), identifican dos grandes bloques ideológicos: los "puros" y los "conversos".

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En el primer bando se ubican los militantes que han acompañado a López Obrador desde su lucha social previa y posterior al proceso electoral de 2006. Ese hecho es utilizado como justificación para que sus miembros demanden ocupar los cargos dirigenciales de Morena, ya que aseguran ser quienes pueden llevar al partido a cumplir con su misión de origen. Muñoz Ledo es visto como el representante de este bloque en el proceso de elección interna.

Por otro lado, los "conversos" son quienes se agregaron al Movimiento Regeneración Nacional poco después del proceso electoral de 2012. Aunque este grupo participó en la creación de Morena como partido, los "puros" los consideran inadecuados para dirigir a la organización política, dada su ausencia de la lucha social que encabezó Andrés Manuel López Obrador antes de plantearse su creación. Las aspiraciones de Mario Delgado y Yeidckol Polevnsky son respaldadas por miembros identificados con este bloque.

"Lo que estamos viendo en este momento con la renovación de la dirigencia nacional es una lucha entre facciones. Es a corto plazo porque busca el control de la selección de candidatos al proceso de 2021. Aunque la actual dirigencia no tendrá injerencia en el proceso electoral de 2024 —pues está contemplada para el periodo 2020-2023— sí busca ir copando espacios en el partido", explicó Rosendo Bolívar en entrevista con Sputnik.

Al respecto, cabe señalar que Mario Delgado es considerado como abanderado del canciller Marcelo Ebrard, quien es señalado como uno de los principales aspirantes a ser el próximo presidente de México. De manera similar, la candidatura de Porfirio Muñoz Ledo parece ser resultado de la apuesta de personajes como Bertha Luján y Alfonso Ramírez Cuéllar —ambos líderes de las bases militantes "puras" de Morena— para arropar una futura pretensión por ocupar Palacio Nacional de Claudia Sheinbaum, actual jefa de gobierno de la Ciudad de México.

"De alguna forma, identificamos a esos grupos porque suponemos que sus líderes serán posibles candidatos a la sucesión presidencial y, precisamente, algunos de los candidatos a la dirigencia del partido lo que están buscando es posicionarse frente a las elecciones de 2021 y, a partir de eso, empezar a configurar las posiciones dentro de Morena para la sucesión presidencial", expuso Enrique Gutiérrez Márquez, director del departamento de ciencias sociales y políticas de la Universidad Iberoamericana.

López Obrador y el partido en el poder

La ferocidad de la disputa interna por la dirigencia de Morena ha destacado por el distanciamiento de Andrés Manuel López Obrador. A partir de su llegada a la presidencia, ha quedado clara su intención de no interferir en la vida interna de su partido, lo cual ha abierto la oportunidad para que varias figuras de Morena intervengan a conveniencia en el proceso de elección de la dirigencia nacional.

"Aquí es evidente que López Obrador no está queriendo tener injerencia en Morena y por eso se están dando hasta con la cubeta. Si hubiera línea presidencial, la acatarían y todo sería terso y transparente. Pero como no se está entrometiendo en los asuntos internos de Morena, el partido, al carecer de un liderazgo y una conducción sólida, está en la crisis en la que se encuentra inmerso, donde está afectando su proceso de institucionalización", sostuvo el profesor investigador del IPN.

En este caso, para ambos especialistas, el presidente mexicano está recuperando la práctica de la "sana distancia" entre el jefe del Ejecutivo y su partido, la cual fue iniciada por Ernesto Zedillo en 1997. Aunque algunos atribuyen a esa decisión la derrota del PRI en la elección de 2000, para Enrique Gutiérrez la indiferencia de López Obrador en la actualidad se explica por los alcances de su liderazgo entre ambos grupos de Morena.

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"Al final del día, en esta contienda el que no pierde es el presidente, porque va a seguir controlando muchas de las decisiones del partido sin importar quien quede en la dirigencia. Los que están peleando por los espacios de poder y por una mejor posición de cara a las próximas elecciones justamente contienden por mantener esos espacios para sus propios grupos. Pero quien va a seguir teniendo el control de las decisiones es López Obrador", dijo.

Sin embargo, la falta de intervención del presidente también podría implicar nuevas dificultades de cara a las próximas elecciones. Rosendo Bolívar indicó que el reciente conflicto entre Morena y el Partido del Trabajo por el nombramiento del presidente de la mesa directiva de la Cámara de diputados es una muestra de que la alianza que llevó a López Obrador a Palacio Nacional está bajo amenaza. Del mismo modo, advirtió que la contienda actual ha dado muestra de que Morena no cuenta con la profundidad de cuadros suficientes de cada a la elección de 2021.

"El gran problema de Morena ahora radica en la capacidad de sus cuadros para ocupar los cargos de elección popular. Candidatos habrá, porque se eligen hasta por sorteo, pero no encuentro diez nombres de gente que vea en condiciones de ser buenos candidatos para ser diputados federales. Y no los encuentro porque el partido quemó todos sus cartuchos en 2018, por lo que varios de ellos ahora mismo están en la administración pública", comentó.

Las posibles secuelas del conflicto interno

Ante la ausencia de la oposición en el espectro político mexicano, las pugnas internas en Morena han sido objeto de amplio debate en la opinión pública. En particular, las descalificaciones y amenazas entre algunos de los candidatos —Muñoz Ledo, por ejemplo, adelantó que de ser elegido promoverá la expulsión deMarcelo Ebrard del partido— han llevado a algunos expertos a anticipar riesgos de fractura.

"Es muy lamentable que un partido que generó tanta expectativa esté en esa situación. Más porque ahora es el partido que está en el poder. Hay un riesgo muy fuerte de una división a corto plazo, donde no dudo que los grupos que no queden representados en la dirigencia nacional ni obtengan candidaturas se puedan ir a partidos como el PT [Partido del Trabajo], Movimiento Ciudadano, e inclusive al PRD [Partido de la Revolución Democrática]", advirtió Rosendo Bolívar.

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No obstante, Enrique Gutiérrez señala que las pugnas internas no son un fenómeno nuevo. Al respecto, recordó que la amplitud ideológica que ha dado forma a Morena también incluye varias herencias del PRD, del cual partieron tanto López Obrador como varios de los actuales aspirantes a la dirigencia del nuevo partido.

"Dada la gran pluralidad de ideas que dieron forma a este partido, una de las cosas que permitió subsistir al PRD, a pesar de las divisiones internas, era la presencia de una figura fuerte que pudiera cohesionarlos. Ese era el trabajo que hacía el presidente nacional del PRD, por lo que siempre apostaron a liderazgos fuertes que mantuvieran la cohesión del partido. Ahora con Morena, se mantienen varios grupos que migran del PRD y, con ellos, también migran algunas de las prácticas de ese partido a Morena, pero ahora agravado por la incorporación de otros personajes con otras orientaciones políticas", recordó.  

En todo caso, ambos especialistas reconocieron que los conflictos al interior de Morena también se han impregnado de varias dudas relacionadas con el actual proceso de elección de sus dirigentes. Por un lado, coincidieron en que el método de encuestas descalificará en mayor medida a los nombres poco conocidos por la opinión pública mexicana.

"Como no va a haber una elección interna, los encuestados van a votar por los nombres de las personas que les sean más conocidas. Justamente Mario Delgado, Porfirio Muñoz Ledo y Polevnsky cumplen ese requisito, por lo que no me queda duda de que ellos serán los principales contendientes", anticipó el profesor investigador del IPN.

Ante esto, seguidores de Alejandro Rojas Díaz Durán, quien es considerado como abanderado del senador Ricardo Monreal, ya han denunciado que Mario Delgado y Yedickol Polevski tienen ventaja sobre sus adversarios porque han ejercido cargos públicos y han tenido acceso a recursos públicos.

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Por otra parte, se resalta el hecho de que al interior del INE han surgido debates sobre la interpretación de la sentencia del TRIFE, pues algunos consejeros han cuestionado que el órgano electoral no realice las encuestas por cuenta propia. Asimismo, se han realizado cambios de última hora para asegurar que se cumpla con el requisito de paridad de género en la contienda, lo que favorece a la candidatura de Polevski, quien debido a la cantidad de aspirantes masculinos tiene asegurado su pase a la fase final de la elección.

"Sin duda, este procedimiento va a jugar de una manera importante en términos de la definición de la dirigencia de Morena. Me parece que lo que va a ocurrir es que quien tenga mayor capacidad de movilización va a ser quien tenga mejor presencia en las encuestas, así como los nombres que tendrán más visibilidad en los medios", mencionó Enrique Gutiérrez.

Las objeciones al proceso ya anticipan que puedan surgir dificultades para quien resulte ganador de la elección. Según el académico de la Universidad Iberoamericana, cabe esperar que los resultados finales generen una crisis dentro del partido, especialmente entre grupos que no queden al frente de la presidencia de Morena.

A su vez, Rosendo Bolívar vaticinó: "Creo que, llegue quien llegue, seguramente lo hará hasta cierto punto deslegitimado. Su nombramiento puede ser legal, pero no llegará con la presencia ni por elección de las bases del partido. Llegará como producto de una encuesta de popularidad, no tanto por sus propuestas sobre qué hacer para contribuir al proceso de institucionalización del partido".
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