Así, Iberdrola y su compañía subsidiaria Wallbox dotarán de todas las facilidades para que los clientes de Volvo puedan cargar las baterías de sus autos. El gigante español suplirá de puntos de recarga a los conductores y los instalará en garajes privados o comunitarios. La energía utilizada por la infraestructura es completamente de origen renovable.
Una iniciativa que forma parte del plan de Iberdrola para reducir las emisiones de gases nocivos a la atmósfera. La compañía ha invertido 150 millones de euros para potenciar el despliegue de puntos de recarga en España y así impulsar la movilidad sostenible. En total, prevén la instalación de cerca de 150.000 puntos en cinco años en hogares y empresas, pero también en la vía urbana y las principales autovías. Su intención es que haya estaciones ultra rápidas (350 kW) cada 200 kilómetros, súper rápidas (150 kW) cada 100 kilómetros y rápidas (50 kW) cada 50 kilómetros.
Por su parte, Volvo también es una empresa implicada con el medio ambiente. El fabricante tiene el objetivo de conseguir en 2025 que el 50% de sus ventas provengan de automóviles eléctricos y el otro 50% de los híbridos. Meta a la que pretende llegar desde 2017, año en el que comenzó a presentar una versión electrificada de cada modelo nuevo de auto.
Por otro lado, Volvo busca reducir para 2025 el 40% de la huella de carbono de cada vehículo durante su vida útil, el 25% de las emisiones de CO2 relacionadas con la cadena de suministro global y el 25% de las emisiones de carbono generadas por las operaciones de la entidad escandinava. Actualmente, el 80% de la electricidad que utiliza en su red de fabricación proviene de energías limpias.