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España e Italia forjan una alianza de intereses mutuos en la UE: ¿un contrapoder en horas de crisis?

La buena sintonía entre los dos países puede alumbrar en el seno de la eurozona una alianza con mayor poder de negociación a medio plazo ante Bruselas. Con un cuarto de la población total de la UE, el país ibérico y el transalpino pueden conformar un bloque para la defensa de intereses mutuos en un momento en que su deuda se dispara.
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La reunión bilateral entre los dos jefes de Gobierno sostenida el 20 de octubre en el marco de los actos de clausura del Foro de Diálogo Italia-España en Roma, reveló una confluencia en la línea de acción política para la defensa de intereses mutuos.

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Los discursos los mandatarios italiano y español reflejaron la necesidad de establecer una alianza estratégica en un momento de gran dificultad para sus dos países y, por ende, para todo el continente europeo. En otras palabras, aunaron posiciones para acudir de la mano a Bruselas y defender conjuntamente no solo la puesta en marcha cuanto antes del Fondo de Recuperación Europeo, sino también una misma visión para abordar problemas en materia de inmigración y cambio climático.

Es decir, Sánchez y Conte analizaron con un enfoque compartido cuestiones de la agenda europea tales como la necesidad de ratificar el Marco Financiero Plurianual, el avance del nuevo Pacto Migratorio y de Asilo, la evolución de las negociaciones sobre el Brexit, y el relanzamiento de la política europea hacia la Vecindad sur. ¿Cabe hablar del surgimiento de un nuevo bloque en el flanco sur de la UE?

Nuevo esquema de alianzas

En opinión del economista Juan Vázquez Rojo, el surgimiento en la actualidad de alianzas en la eurozona es interesante desde el punto de vista de la comparación histórica "con las que había hace un lustro".

"Recordemos el caso de Syriza", explica a Sputnik. "España se posicionó en contra de las peticiones griegas y fue uno de los países más críticos con el Gobierno griego". A su juicio, cabe hablar de una alianza "a medio plazo para negociar ante Bruselas" con perspectivas interesantes. "Porque esto se produce en un contexto en el que el abanico de posibilidades es mayor que el de hace un lustro, y no digamos ya que el de hace una década".

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En realidad, la atmósfera de fluidez en las relaciones entre ambos países quedó ya jalonada en el mes de julio durante la visita de Giuseppe Conte a España y, sobre todo, durante las negociaciones en Bruselas sobre las ayudas del Fondo de Recuperación. Porque fue durante la celebración del Consejo Europeo Extraordinario de julio ―el escenario donde se evidenciaron las posturas de bloque en el seno de la UE― cuando España e Italia se hallaron en el mismo bando de la negociación para enfrentar las posiciones de los llamados países frugales y las reticencias de los del Grupo de Visegrado.

"Hace tiempo que se viene reclamando desde diversos espacios político-sociales un bloque mediterráneo que sirva de contrapoder a la hegemonía alemana y y del norte de Europa", afirma por su parte el politólogo Víctor Prieto, que asegura que las posibilidades de este tipo de alianzas no ha sido posible hasta ahora por no existir intereses compartidos, "sino más bien por la inestabilidad política y la debilidad de los gobiernos".

Y ahora en Roma, la buena relación entre Italia y España ha tenido continuación. "Compartimos un diagnóstico sobre la crisis ocasionada por la pandemia y constatamos la necesidad de poner en marcha cuanto antes nuestras estrategias nacionales de superación, que presentan similitudes destacadas", declaró Sánchez en la capital italiana.

¿Más que palabras?

Las declaraciones de Pedro Sánchez al término de la reunión no dejaron lugar a dudas: "No hemos sido capaces de ver el potencial de nuestra relación", "Juntos somos más fuertes", o "Debemos procurar esa misma sintonía para lograr que el Fondo de Recuperación se haga efectivo cuanto antes".

Por su parte, Giuseppe Conte habló de una "visión muy similar" y de su "amigo Pedro". Pero, tal vez, la afirmación más rotunda partió del exprimer ministro italiano Enrico Letta, que copresidió el Foro junto con el exdiputado catalán Josep Antoni Durán Lleida:

"He estado en todas las ediciones de este Foro. Es la primera vez que veo una alianza estratégica y no una competición".

El intríngulis del acceso a los fondos

Sánchez y Conte manifestaron estar dispuestos a colaborar para reformar algunos de los principales instrumentos europeos, como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) o el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).

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Este pacto, que marca un umbral de endeudamiento para los Estados del 60%, está suspendido en la actualidad a fin de que los Gobiernos puedan incrementar el gasto público para hacer frente las consecuencias económicas de la pandemia. El caso es que el endeudamiento de España roza el 120%. La Junta Fiscal Europea reclama que el PEC se reforme de manera urgente antes de su reactivación, pues no es realista cumplir el tope de deuda del 60% en las circunstancias actuales.

"Solo la estabilización política interna y la unidad de acción pueden evitar la quiebra en el medio plazo", asegura Víctor Prieto, quien recuerda que el endeudamiento de España e Italia alcanzará "niveles alarmantes". "Por eso es importante contar con ejecutivos que no tienen elecciones a la vista en los próximos años".

"Aún así, la situación de crisis económica que se avecina puede hacer tambalearse a estos gobiernos, cosa que dificultaría la unidad de acción en la UE. Por eso es urgente que las ayudas lleguen lo antes posible, no hay mucho margen de maniobra", concluye este investigador social.

"Hay una pequeña brecha para poder mejorar ciertos mecanismos de la eurozona", afirma al respecto Juan Vázquez. Ciertamente, en el Foro de Diálogo Italia-España el comisario europeo para Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, se mostró partidario de revisar las futuras condiciones del Pacto de Estabilidad, aunque no puso fecha.

En este contexto se aventura una reforma complicada, dado que los países frugales reclaman mayor disciplina fiscal contra los del sur, que como España o Italia piden a su vez una mayor flexibilidad.

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A juicio de Víctor Prieto, el factor político puede jugar a favor de estos dos últimos. "La inesperada estabilización de los gobiernos de coalición que lideran Conte y Sánchez es una oportunidad para acometer un eje entre dos potencias europeas que van a necesitar acelerar la llegada del paquete de estímulo anunciado", señala este investigador social de la consulta Studi La Cimera. En Roma el presidente español recordó que a España le corresponden 140.000 millones de euros hasta 2026, aunque sólo 72.000 millones llegarán en los próximos tres años. Las transferencias directas coparán este primer montante, quedando los préstamos destinados para el segundo.

"No es una cuestión de que renunciemos al resto de recursos económicos, es una cuestión de capacidad material para poder hacer una gestión eficaz respecto al Plan de Recuperación", explicó en Roma Pedro Sánchez.
La dificultad de los préstamos

La complicada situación económica y financiera de España no augura unas buenas condiciones con las que afrontar la llegada de la ayuda europea del segundo tramo en forma de préstamos. De ahí que también quepa interpretar las palabras de Sánchez como cierta prevención ante el acceso al crédito.

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Llegado el caso, ¿podría acudir España a otras fuentes de financiación al margen de la UE? El economista Juan Vázquez ejemplifica de nuevo con el caso de Grecia. "Ante su débil posición en la UE, Syriza movió las fichas de China y Rusia, que finalmente ni se materializaron ni sirvieron para ganar la partida". No obstante, este investigador de la Universidad Camilo José Cela recuerda que otros países de la eurozona sí han acudido a otros mercados de capitales en algún momento.

"Hace algo más de un año, Portugal decidió emitir deuda en yuanes chinos. Y la propia Italia se ha adentrado en la Nueva Ruta de la Seda", señala este profesor universitario. "Sin embargo, España es muy cauta con los movimientos que se hacen en Europa, intenta moverse en continua sintonía con Bruselas, por eso es difícil que juegue alguna baza con China".

"Pero en el futuro, sobre todo si la UE no resiste bien el golpe, China podrá tener un papel importante con algunos países de la Unión", concluye.
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