"El cierre de las escuelas contribuye poco a combatir la infección, por eso se deben abrir", escribió Kluge en Twitter, agregando que esta medida afecta especialmente a los niños que viven en una situación complicada.
Un brusco aumento de los casos del COVID-19 obligó a muchos países de Europa a tomar medidas restrictivas.
En particular, la República Checa declaró situación de emergencia el 5 de octubre, lo cual obliga a cerrar las escuelas. Alemania introdujo las más rigurosas medidas en el distrito de Berchtesgadener Land, de Baviera, donde se prohíbe salir de casa sin tener un motivo bien fundamentado y los alumnos no van a la escuela.
A nivel global se reportan 43,5 millones de casos del COVID-19, 29,2 millones de personas se recuperaron y 1,16 millones fallecieron por esta enfermedad, según los últimos datos.