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El sector hostelero está de luto en Galicia: "Se nos criminaliza injustamente"

Desde la llegada de la segunda oleada de contagios por COVID-19 en España, el sector de la hostelería ha sido uno de los más afectados. Llevan meses haciendo un llamamiento a la responsabilidad y profesionalidad a las administraciones estatales y autonómicas.
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Un llamamiento que se ha visto acrecentado tras el anuncio de la limitación del horario nocturno. Los gallegos se han unido a la movilización criticando las restricciones "desproporcionadas" para un sector que, recuerdan, representa alrededor del 20% del PIB gallego. Además, aseguran que los brotes en locales de ocio suponen el 2,1% del total según datos del Ministerio de Sanidad, que además situó este porcentaje de bultos en pubs, restaurantes y bares en el 5,76%.

Piden que la limitación de horario nocturno decretada a raíz del nuevo estado de alarma se inicie a las 00.00 horas y no a las 23.00 horas en la comunidad autónoma: "Conceder una hora más de trabajo al sector hostelero puede ser vital y marcar la diferencia entre cerrar o poder seguir trabajando".

"Este tiempo marca la diferencia porque evita que el cliente tenga que apurar su cena y, sin embargo, no supondría una diferencia importante en lo que a control de la pandemia se refiere. Es necesario aprovechar todas las oportunidades para intentar la recuperación de este sector", sostiene la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG).

Asimismo, la patronal gallega considera en un comunicado que "es de justicia" hacer compatible el estricto cumplimiento de las medidas sanitarias "con el intento de conseguir que sigan siendo viables económicamente muchos establecimientos que ya están al límite desde que se inició esta pandemia".

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​Durante la movilización, que tuvo lugar el miércoles 28 en Santiago de Compostela, se escucharon consignas como "no somos un problema, somos una solución" y se pudieron ver personas sosteniendo ataúdes de cartón clamando por su "sentencia de muerte" y pancartas lanzando un S.O.S para salvar el sector, convertido en un sector "criminalizado injustamente", tal y como defienden sus trabajadores, a pesar de que Galicia es el tercer territorio por la cola en número de casos por 100.000 habitantes y de que su actividad estuvo marcada por el cumplimiento "escrupuloso" de las medidas de seguridad, como demuestra la "práctica inexistencia de sanciones que existen".

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