Todavía recuerdo a las clases de Literatura de Doña Carmen en el instituto. Libro en mano, mientras paseaba entre los pupitres, leía en voz alta para imponerse al habitual jolgorio de un aula de ESO. Le gustaba recitar y uno de sus poemas favoritos era Jornaleros de Miguel Hernández. Saboreaba cada verso, a la vez que sus zapatos de cuadrado tacón picaban el suelo. Nada más acabar decía con orgullo que ella provenía del mismo pueblo que su autor.
En 1930, comienza a publicar poesías en revistas como El Pueblo de Orihuela o El Día de Alicante. Serían sus primeras incursiones en el mundo literario, el cual quiso seguir explorando en Madrid, ciudad en la que conoció a los poetas de la Generación del 27. Sin embargo, las dificultades para abrirse un hueco en la capital le harían regresar a Orihuela. En su tierra natal, Hernández escribió Perito en lunas, su primer poemario. Conecta con las corrientes vanguardistas de la época, con el surrealismo de París y el neobarroquismo de la Generación del 27. El denominado como poeta pastor, se revela como un maestro de la metáfora.
Volvería a Madrid, donde trabajó en la redacción del diccionario taurino El Cossío y en las Misiones pedagógicas de Alejandro Casona, además de colaboraren importantes revistas poéticas españolas del momento. Verían la luz los poemas El silbo vulnerado, Imagen de tu huella, y, en 1936, uno de sus poemarios más conocidos, El rayo que no cesa, dedicado al amor, a su pareja de toda la vida, Josefina Manresa, y a sus amantes, Maruja Mallo y María Cegarra.
Al acabar la guerra, intentó exiliarse en Portugal. No obstante, fue atrapado por las autoridades franquistas. Pasó por 18 cárceles, sufrió torturas y vejaciones que quebrantaron su salud. Una neumonía derivó en la tuberculosis que segó su vida el 28 de marzo de 1942. Su viuda, Josefina Manresa, con la que se casó durante el conflicto armado, no tuvo tan siquiera la opción de ver su cadáver. Actualmente, Miguel Hernández reposa en el cementerio de Alicante.
Homenajes
Se cumplen 110 años de su nacimiento y la clase política no ha olvidado la efeméride. Con motivo del aniversario, el claustro del Palacio del Temple de Valencia será escenario de un homenaje a la figura del poeta. A este acudirán el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes; el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig; el presidente de les Corts, Enric Morera; el alcalde de Valencia, Joan Ribó; el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, y familiares del literato, además de personalidades del mundo de la cultura y la sociedad valenciana, encargados de leer algunos de sus poemas. De fondo, sonará la música de un cuarteto de cuerda de la Orquesta Sinfónica de la Banda Primitiva de Llíria.
Más allá de la pomposidad de los actos, las redes sociales tampoco han olvidado la fecha. Los usuarios de Twitter han rememorado a Hernández a golpe de verso. Formaciones como Unidas Podemos o Izquierda Unida han querido recordar al poeta. También representantes de la cultura como Fernando Aramburu. El ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, José Luís Ábalos, ha anunciado que el aeropuerto Alicante-Elche añadirá a su nombre un "Miguel Hernández".
Pocos escritores cuentan con una ruta en su memoria. Conocida como la Senda del Poeta, arranca cerca de su casa natal en Orihuela y concluye en su tumba en Alicante. Tres días para recorrerla y cada año celebrada. La pandemia la cancela por primera vez.
No sé si Doña Carmen seguirá en el instituto. Ha pasado bastante tiempo. Si todavía sigue inmersa en el mundo de la enseñanza, seguro que no ha soltado la página donde se encuentran los versos de Jornaleros. Y tampoco su coletilla final. Todos sus alumnos tienen que saber que es de Orihuela. Probablemente, cada 30 de octubre también lo recuerde.