Mientras millones de estadounidenses —quienes no lo hicieron ya de forma anticipada— decidan este martes 3 de noviembre entre el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, otra elección se realizará en forma simultánea a poco más de 1.500 kilómetros de la costa estadounidense: los puertorriqueños escogerán a su gobernador en una jornada electoral que puede ser histórica.
A horas de los comicios, los puertorriqueños saben que no es una elección más. Todavía resuena en la isla el impacto de las movilizaciones populares de julio de 2019 que terminaron precipitando la renuncia del gobernador Ricardo Roselló y que podría haber comenzado a redefinir un panorama electoral que este 3 de noviembre se resolverá entre seis candidatos: Pedro Pierluisi, por el Partido Nuevo Progresista; Carlos Delgado por el Partido Popular Democrático; Alexandra Lúgaro por el Movimiento Victoria Ciudadana, Juan Dalmau por el Partido Independentista Puertorriqueño, César Vásquez por el Proyecto Dignidad y Eliezer Molina como candidato independiente.
En diálogo con Sputnik, el periodista puertorriqueño Luis De Jesús aseguró que desde las protestas de 2019 "el país ha venido sufriendo una especie de convulsión política" en la que "hay muchísima expectativa y esperanza de que estas elecciones pudieran significar el final del bipartidismo político".
De Jesús recordó que los dos principales partidos políticos de Puerto Rico, el Partido Popular Democrático y el Partido Nuevo Progresista, se alternan en la Gobernación de la isla desde 1948, cuando se produjo la primera elección de este tipo. Las últimas encuestas difundidas ponen a los candidatos Pierluisi y Delgado en una suerte de "empate técnico", con una intención de voto que oscila, en ambos casos, entre el 32% y el 34%.
De Jesús identificó el "estatus colonial" que mantiene Puerto Rico y el bipartidismo que lo ha defendido como los aspectos clave del desgaste del electorado. "Ese bipartidismo no le ha funcionado al país y lo único que ha logrado es llevarlo hacia la debacle política, social y sobre todo económica en un Puerto Rico que lleva más de diez años de recesión", señaló.
Y si bien es probable que las elecciones sean ganadas por uno de los dos partidos tradicionales, De Jesús advirtió que, con la intención de voto prevista por las encuestas, el próximo gobernador puertorriqueño "va a ganar con el apoyo de apenas un tercio de la población" cuando el partido ganador, en otras épocas, lograba aunar al menos al 48% o 50% de los votos.
"Los dos principales partidos políticos están acusados de un sinfín de irregularidades políticas y económicas, de fraude y de corrupción. La gente está muy cansada del bipartidismo y por eso ha ido a buscar la alternativa en otros países que han surgido en los últimos años", complementó.
Y si bien el próximo gobernador puede salir de los partidos tradicionales, una parte de la expectativa relacionada con las elecciones radica en quién se quedará con el tercer lugar, un espacio no poco importante en un contexto de retracción del bipartidismo. Los sondeos ubican esa disputa entre Alexandra Lúgaro y José Dalmau.
Para De Jesús, lo "curioso" de la candidatura de Lúgaro es que, siendo independentista, encabeza "un movimiento que ha venido a aglutinar fuerzas políticas de diferentes ideologías, entre ellos candidatos que promueven la anexión" a EEUU.
La otra fuerza que se disputa el tercer lugar es el Partido Independentista de Puerto Rico (PIP), una fuerza política nacida en 1946 que, a pesar de su larga vida, no ha logrado obtener posiciones de Gobierno en la isla. Los sondeos parecen ser esperanzadores para el PIP, que en 2016 cosechó un magro 2,1% pero que ahora, con la candidatura de Dalmau, concentra en las encuestas hasta un 15% de la intención de voto.
El efecto de las protestas de 2019 y la preferencia por Biden
A la luz del crecimiento en la intención de voto del PIP y el avance de plataformas como Movimiento Victoria Ciudadana, que la crisis política de 2019 haya desatado un crecimiento del independentismo en Puerto Rico aparece como una posibilidad.
De Jesús se mostró cauto y consideró que "todavía es muy prematuro para decir si desde el año pasado ha habido un aumento en la conciencia independentista". De todos modos, señaló que el cansancio de los puertorriqueños por el bipartidismo también es un cansancio por "el estatus colonial".
"Desde lo que pasó en 2019 se han ido sumando voces a aquellas que siempre han exigido que se defina de una vez por todas el estatus de Puerto Rico: si se va a anexar o si definitivamente nos van a entregar la independencia", señaló.
Para el periodista, la idea de convertir a Puerto Rico en un país independiente aún está lejos de ser mayoritaria en la isla, aunque sí puede verse "un repunte de esa ideología".
Y si bien los puertorriqueños no pueden votar por un presidente estadounidense, siguen de cerca el resultado de las elecciones, conscientes de que los cambios políticos pueden significar novedades para el futuro de Puerto Rico.
Aun así, los puertorriqueños que abogan por la independencia también tienen diferencias con respecto a cuál de los dos candidatos podría significar mayores avances para la independencia de la isla. "Hay muchos que piensan que será Biden pero yo soy más escéptico con eso: gane quien gane no creo que haya cambio de política de inmediato", opinó.