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Alberto Fernández: Argentina hace suficientes testeos de COVID-19 | Vídeo

BUENOS AIRES (Sputnik) — El presidente de Argentina, Alberto Fernández, consideró en una exclusiva con Sputnik que el país realiza la suficiente cantidad de diagnósticos para constatar el avance de la pandemia en el territorio.
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"Yo creo que estamos haciendo los testeos que necesariamente debemos hacer", indicó el mandatario durante la entrevista concedida a Sputnik en la residencia presidencial de Olivos, en la provincia de Buenos Aires (este).

Con 606.325 testeos por millón de habitantes, Argentina ocupa el lugar 113 en cuanto a cantidad de testeos, por detrás de Brasil y de Colombia, según el sitio Worldometer.

"Cuanto más se testea, hay más posibilidades de identificar cuál es el nivel de contagio, y obviamente podemos hacer más testeos, pero en verdad el testeo hecho en la cantidad que lo hacemos nos permite saber cuál es el porcentaje de contagio en la sociedad y eso sí no falla", evaluó el mandatario.

El Gobierno, por lo tanto, ha llevado a cabo el nivel de diagnósticos necesarios para evaluar el nivel de dispersión del COVID-19 dentro de la sociedad.

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"Pudo haber sido más, claramente, pero no lo entendimos realmente necesario; además, hicimos el test más seguro, que es el PCR, y ahora lo que estamos haciendo son los rápidos, que eso ha sido una gran solución", resumió Fernández.

A las puertas de la pandemia, "Argentina tenía una situación de debilidad económica y también de extrema debilidad, en lo que tiene que ver con la salud pública, que había quedado relegada producto de una lógica económica muy poco atenta a resolver los problemas de los sectores más rezagados", explicó el mandatario.

En el contexto de un escenario "complejo por lo económico, por la infraestructura en materia sanitaria y por lo social", el Gobierno reaccionó con un confinamiento estricto que entró en vigor el 20 de marzo, apenas percibió la velocidad vertiginosa a la que se extendía la pandemia en Europa.

Desde entonces "nos ocupamos de tomar los recaudos necesarios para evitar que se propagara a gran velocidad, y mientras tanto ordenamos un sistema de salud que estaba absolutamente olvidado, lo que significó poner en marcha una cantidad de hospitales que ni siquiera existían, dotar de camas de terapia intensiva a lugares que no estaba previsto y en cada cama de terapia intensiva dotarla de un respirador que tampoco existían", describió el mandatario.

El Ejecutivo también priorizó la producción de respiradores, al multiplicar por diez la producción y pasar de fabricar 40 por mes a más de 500, a fin de que toda la población que lo necesitara pudiese ser atendida.

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"Prestamos mucha atención al área metropolitana [de Buenos Aires, la más poblada del país] y el resto del país se relajó mucho y se descuidó", reconoció el gobernante.

En la actualidad ocho provincias tienen más del 50% de los casos, por lo que el Gobierno aplica la misma lógica que diseñó para la capital argentina: cierre de comercios y restricción de la circulación.

"Creo que lo vamos llevando bien, con una tasa de letalidad que está por debajo del promedio y esperando la vacuna, que es lo que realmente va a resolver el problema", comentó el presidente.

Vacunas y prevención

Para reforzar este trabajo, el Gobierno de Argentina podría adquirir 25 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V contra el COVID-19 entre diciembre y la primera quincena de enero.

"Estarían en condiciones de darnos 10 millones de cada una de las dos dosis [que requiere la vacuna], las podemos tener en diciembre acá y en los primeros días de enero podríamos tener, según me dicen, 15 millones de dosis más", reveló durante la primicia concedida a Sputnik.

En paralelo, el Ejecutivo lleva adelante el denominado plan Detectar, con el que se rastrean los posibles contagiados y sus contactos.

"El plan Detectar se está haciendo en todo el país, empezó a hacerse en la ciudad de Buenos Aires, en los barrios populares, y ahora se ha desarrollado en todos lados", indicó.

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En cuanto a los cierres intermitentes, el presidente recordó que la decisión final la tiene cada uno de los gobernadores de los 24 distritos del país.

"He tenido casos donde gobernadores me pidieron que ponga el aislamiento de una ciudad, porque ellos necesitan la autorización nacional, pero hay lugares en donde propuse el aislamiento y los gobernadores no lo hacen: ahí hay problemas de tipo estructural de Argentina, que, por ser un país federal, el peso de los gobernadores es importante", deslizó.

La curva de casos en Argentina se encuentra en la actualidad amesetada, con la detección de unas 15.000 infecciones diarias.

"Nosotros confiamos que esa meseta no crezca y comience a bajar paulatinamente", añadió.

La nación sudamericana presenta en la actualidad 1.183.131 casos de COVID-19 acumulados y en todo el territorio y 31.623 fallecimientos desde el inicio de la pandemia.

Inicio del ciclo lectivo

Además, Fernández anunció que el Gobierno podría adelantar el inicio del ciclo lectivo y añadir horas de clase para compensar lo perdido este año debido a la pandemia.

"Puede ser adelantar el comienzo del día de clases y añadirle alguna hora más diaria de clase a los chicos", puntualizó el mandatario durante la entrevista concedida a esta agencia en la residencia presidencial de Olivos, en la provincia de Buenos Aires (este).

El presidente anticipó que su Gobierno prepara un plan para que el ciclo lectivo rinda lo máximo posible a fin de compensar la falta de clases presenciales que hubo durante este año, en un país en el período escolar se extiende por lo general de marzo a diciembre.

"Tenemos que ordenar el tema del colegio de los chicos, para mí ése es uno de los problemas más serios que tenemos, porque perder un año de escolaridad es algo muy complejo; es complejo recuperar el hábito del colegio de estudiar, de hacer los deberes, y eso es algo que me preocupa mucho", admitió Fernández.

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El jefe de Estado anticipó que por ello se pedirá "un esfuerzo" a los alumnos y a sus familias, pues si bien "mucho de los chicos (estudiantes) han seguido teniendo educación a distancia, definitivamente no es lo mismo".

"Hay sectores que tienen más dificultades para acceder a la conectividad, y esos son los sectores que más sufren la pérdida de la escolaridad, pues los que fueron a escuelas privadas y los sectores dentro de la educación pública con acceso a la conectividad tienen más facilidades y han podido avanzar un poco más", consideró.

Principal problema

La mayor preocupación del jefe de Estado en la actualidad "es la escolaridad temprana, la de los chicos y la de los adolescentes, porque allí hay un proceso de sociabilización que, de algún modo, se quebró con sus compañeros", reconoció.

Alberto Fernández observó que el Gobierno comenzó a habilitar de manera paulatina el dictado de clases, y que en pueblos aislados del interior del país las escuelas funcionaron con normalidad.

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"Lo de las escuelas es un problema confuso, porque al principio la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que no había que cerrarlas, y luego dijo que era absolutamente necesario cerrarlas, porque en aquel momento detectaron y dijeron que los chicos eran un vector de contagio entre el colegio y su casa y que por eso había que clausurar las clases, no tanto por el riesgo de los chicos, puesto que los más jóvenes generalmente superan la enfermedad sin mayores dificultades, sino porque eran transmisores de la enfermedad a sus adultos", planteó.

El mandatario mostró prudencia en relación con respecto al camino que han emprendido gran parte de los países de Europa, que ante el rebrote del virus han decretado mayores restricciones pero sin suspender las clases.

"Es una experiencia que están haciendo, no sabemos cómo va a funcionar, pero uno tampoco puede juzgar el acierto o desacierto de eso, porque hubo muchas idas y venidas sobre el tema de las clases de la misma OMS", insistió.

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